Capítulo 8

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Habían pasado dos semanas desde el último encuentro de Jacaerys y Daena a solas, y desde entonces ambos se evitaban. No siempre claro, ya que habían momentos obligatorios donde si o si debían estar en la misma habitación, pero no cruzaban palabras y ella ni siquiera lo miraba. Jace trataba de hacer lo mismo, pero siempre se descubría a sí mismo mirándola en algún momento de la noche. Eso lo irritaba aún más.

Además, todas las noches pensaba hacía que lugar fuera de la fortaleza se dirigía ella esa noche, y si eso era algo habitual en en sus actividades. Pensó muchas posibilidades pero ninguna le agradaba. Aunque tenía que admitir que la que más le disgustaba era la de ella escabulléndose para encontrarse con algún amante.

Por su parte, Daena estaba enojada con él. La hacía sentirse confundida y extraña. ¿Por qué había hecho eso si no quería besarla? Había rosado sus labios con los de ella y la había sujetado por la cintura, sin duda, lo más íntimo que ella había compartido con un hombre. Pero no lo había terminado, y se había alejado dejándola como una tonta.

No es que ella quisiera que particularmente Jacaerys Velaryon la besara, pero se le hacía tan irritante no conocer sus intenciones, no saber que pasaba por su mente en esos momentos. Y particularmente, le resultaba frustrante no saber por qué había parado. Sin embargo, era mejor que se mantuviera alejada del joven príncipe.

Había pensado que él estaría atento por si ella trataba de salir de la Fortaleza Roja, sobretodo en el pasadizo secreto que daba a su habitación. Pero cada vez que ella salía, él no estaba cerca por ningún lado, y aunque le costara admitirlo le hubiera gustado despertar más la curiosidad del príncipe. Aunque sabía que así era mejor, ya se había arriesgado mucho dejando que su doncella y un guardia supieran que salía todas las semanas. Porque aunque les pagara, podrían abrir la boca en cualquier momento.

Además, ella sabía que el príncipe la estaba evitando. Lo notaba. Solo asistía a sus reuniones con el Rey y a entrenar con su dragón y luego se encerraba en su habitación. Muchas veces se encontraron en los pasillos de la fortaleza y él trataba de irse hacia otro lugar o simplemente cambiaba de dirección. Eso la irritaba mucho. Si tanto le molestaba su presencia debería decírselo en la cara, no actuar como un niño pequeño.

Pero dentro de todo eso habían cosas peores. El Rey había enfermado aún más, y ahora ni siquiera salía a cenar fuera y solo recibía a Jacaerys, Alicent y la mano en sus aposentos. Algunos incluso decían que estaba perdiendo la cordura poco a poco. Pero a Daena le parecía extraño eso ya que el Rey siempre fue un hombre bastante lúcido. Con una salud un poco delicada, si, pero lúcido dentro de todo.

Jacaerys en cambio, sabía la verdad sobre eso, su abuelo tenia un estado de salud que empeoraba muy rápido y lo peor de todo es que había encomendado el reino a Otto Hightower y a la Reina Alicent, quienes claramente buscarían su beneficio personal. Sin embargo, él seguía acudiendo a sus reuniones con él donde practicaban Alto Valyrio y el le enseñaba diversas cosas. Jace incluso había volado en Vermax esos días para hacer rápidas visitas a casas cercanas a Desembarco del Rey y esperaba pronto hacer viajes más largos en representación de su abuelo, pero como iban las cosas lo veía difícil.

- Jacaerys - dijo su abuelo desde su cama y el joven levantó la mirada de su libro - Agua - pidió y su nieto se acercó para servirle del jarro.

Era difícil ver a ese hombre así, sobretodo porque su enfermedad lo estaba atacando muy rápido. Demasiado, incluso era sospechoso, pensaba el príncipe. Pero sabía que no podía acusar a nadie sin pruebas.
Su abuelo soltó una tos pesada y seca, y cuando pudo volver a respirar con normalidad habló.

- Es difícil ver esto ¿no? - preguntó tratando de reír - Un Rey venido a menos. Pero bueno, creo que a todos nos pasa algún día.

Jace no respondió y solo asintió con la cabeza.

Dutty | Jacaerys Velaryon Where stories live. Discover now