Capítulo 18

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Unas noches después Daena se encontraba preparándose para otro banquete que daría por iniciado el torneo que se celebraría al día siguiente. Una estupidez que hicieran tantas festividades cuando había mucha gente muriéndose de hambre, pensaba ella. Pero su tía le había advertido que debía comportarse ya que estarían buscándole un esposo a ella también.

Sus salidas nocturnas habían vuelto a ser más frecuentes ya que pensó que sus sentimientos y su pena no podían alejarla de sus actividades. Además, le habían informado que muchas personas preguntaban por ella y que las cosas no iban del todo bien. Así que aprovechaba el pasadizo secreto que Jace le había mostrado la primera vez que estuvo en su habitación.Lo único bueno que deja esa especie de relación que tuvo con el príncipe. Ahora no necesitaba pagar a tantas personas para que la cubrieran o escapar por la ventana de manera mucho más peligrosa.

Por otro lado, la princesa Rhaenyra solicitaba su compañía en varias ocasiones y ambas conversaban bastante. Ella agradecía que la princesa no mencionara a su hijo mayor. Tampoco lo hacía Lucerys, con quien había compartido bastante luego que de que el niño la invitara a conocer a su dragón Arrax. También los más pequeños se habían acercado a ella y la llamaban Dae ya que para los pequeños Aegon y Viserys aún era difícil decir palabras más largas.

Sin embargo, con Jace no habían vuelto a compartir como antes y ambos se evitaban. Él nunca acudía a las incómodas comidas familiares y ella evitaba el patio de armas para no verlo. Siempre estaba alerta por si lo veía a lo lejos para desaparecer lo más rápido posible.

Por su parte, Jacaerys no entendía la fijación que su madre tenía con la chica. Y le molestaba bastante que ambas pasaran las tardes juntas y que hasta sus hermanos se estuvieran volviendo cercanos a ella, porque eso dificultaba que dejara de pensar ella.

- Es encantadora - dijo ella - seguramente ya lo haz notado.

- Ya te dije, no hemos compartido tanto - le repetía una y otra vez enojado cuando ella mencionaba a la chica tratando de sacarle información.

Tenía la esperanza de encontrar pronto alguien para comprometerse. Dejar de pensar en ella, y largarse tan pronto como pudiera a Dragonstone para estar lejos.

El banquete era tan aburrido y a pesar de que estaba acompañada, Daena se sentía fatal. Se encontraba sentada al lado de Helaena, pero no estaban conversando y solo observaban a las personas bailar. Afortunadamente, su tía no le había presentado a nadie nuevo y ella pudo estar medianamente tranquila.

Decía medianamente, ya que a unos cuantos metros estaba el príncipe Jacaerys Velaryon regalando sonrisas educadas a distintas damas que le eran presentadas. Se veía muy guapo, y parecía que de verdad prestaba atención a lo que las mujeres le decían y respondía educadamente.

Maldición, pensó ella, cómo podía ser así y esperar que ella dejara de quererlo. Incluso cuando ella sabía que para él, ella no significaba nada más que una pieza en ese juego de poder.

Un hombre se sentó a su lado y ella giró su cabeza para ver a Lord Borros Baratheon a su lado. El hombre era bastante viejo, ella pensaba que quizás incluso más que su tío Otto. La saludo y ella solo hizo una inclinación de cabeza. Vio que la reina la miraba atenta.

- ¿Va bien su velada, mi lady? - dijo el hombre.

- Si - respondió ella.

No quiso seguir hablando porque si continuaba lo más probable era que tuviera que bailar con él, y de verdad no quería hacerlo. El hombre carraspeó con la garganta incomodo pero luego hablo.

- Si me permite el atrevimiento mi Lady, se ve muy linda esta noche - dijo el hombre posando su mirada en el escote del vestido de la chica.

¿Le estaba mirando los pechos? Que hombre más desagradable, pensaba ella una y otra vez. Y lo peor de todo es que no podía decir nada malo, solo trato de sonreír aunque se sentía fatal.

Dutty | Jacaerys Velaryon Where stories live. Discover now