𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟ

Lisandro Martínez

𝓓𝓮́𝓳𝓪𝓽𝓮 𝓠𝓾𝓮𝓻𝓮𝓻

— Lo siento, desde aquella vez no he vuelto a saber querer, vivo con miedo, Lisandro..

—¿Porqué eres tan difícil?, joder Marlene, déjate querer..

....

Marlene

Que dura es la vida un lunes por la mañana, aunque no lo es tanto si en el trabajo está tu mejor amiga.

— Hola Thommy — digo acariciando el suave pelaje de mi perro — ¿Amaneciste bien? — mi cachorro movía su cola entusiasmado de verme mientras me lame la palma de mi mano, la verdad es que no hay ningún ser vivo que haya querido más.

Me preparo una tostada con mantequilla porque no tengo mucha hambre, y exprimo mi zumo mañanero de naranja.

— Wow, lluvia, ¡Perfecto para un lunes! — digo con ironía — acaba de empezar el día y ya quiero que acabe..

Desayuno, me alisto y dejo a Thommy, mi cachorro, con su pienso en su calentita cama, hasta le puse Netflix para que no se aburra o yo que sé, para que no se ponga triste por mi ausencia duradera de 5 horas en la oficina.

Llego a la oficina y saludo a todos, lo raro es no encontrar a mi mejor amiga, así que le pregunto a una compañera que se hizo amiga mía.

— Perdona, Paula, ¿sabes dónde se ha metido Laura?.

— No, no va a venir porque está enferma, tiene un resfriado y tiene que acompañar a su padrastro al médico.

— Oh, está bien, gracias Paula.

— No es nada Marlene.

Dios, que lunes más perfectito.

Y para empeorarlo, ahí está Gabriel, no puedo estar ni un día trabajando tranquila sin que él esté estorbando mientras me coquetea, y no, no es nada fácil decir "tú a mi no me gustas, apártate".

— Hola Mar —- aparece él guiñamdome un ojo.

— Hola Gabriel — digo sin más.

— Hoy ya no está tu amiga para molestarnos, ¿eh? — dice con una risa burlona.

— Exacto, una pena porque ahora tengo que escuchar más de seguido tus estupideces molestándome a mí.

— Hmm, hoy no estás de humor, ¿eh?, no te preocupes que yo te lo subo preciosa — ahora ya me canso, todos los días lo mismo.

— Porfavor Gabriel, vete, en serio — digo ya seria.

— ¿Y si no q— no pudo acabar de hablar, porque alguien le pegó una cachetada.

— Haremos que te despidan, así que mira por tu trabajo, no vaya a ser que hayas estudiado una carrera de economía durante años para que te despidan.

Él se va con una cara de pocos amigos.

— Wow, gracias Paula, te agradezco mucho amiga — digo y le doy un abrazo.

— No es nada, menudo payaso.

Acabo por fin mi rutina de trabajo, y llego a mi casa con mi cachorro Thommy, que al sentir la puerta va directo hacia mis piernas.

— Hola lindo, ya llegué, ya estoy aquí — digo sonriendole mientras él lame mi mejilla.

Mi sorpresa es ver a quien es la persona que está en el sofá viendo Netflix, curiosamente una película de Barbie.