𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟ

Sandro Tonali

"Tornare a Milano" (Regreso a Milán)

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- Marlene, ¿sabes algo?

- ¿Qué pasa, Sandro?

- En verdad París no es la ciudad del amor.

- ¿Cómo que no?

- No, porque el amor realmente surgió en Milán.

- Ti amo.

- Ti amo di più, grazie per tornare a Milano.
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Marlene Hamill

He vuelto a Italia, después de 3 años en mi país natal, México.
Volver a esta ciudad después de lo sucedido con mi ex novio es tan emocionante para mí.
Mis amigas me recibieron tan bien, eso es muy significativo para mí. Volver a verlas y no haberse olvidado de mí es genial, porque yo tampoco lo había hecho. De hecho, yo estaba en México, pero mi corazón seguía en Milán.

Primero hablo un poco con mis amigas antes de ir a mi antigua casa aquí, en Milán.

- ¿Sabéis algo? -.

- ¿De qué? - dice mi amiga Alice -.

- De mi casa aquí - digo con mi maleta preparada para salir en unos veinte minutos en dirección de mi hogar, que a pesar de haber estado tres años fuera, me conozco el camino de memoria -.

- Ah, sí. Nadie ha entrado, pero siempre vemos un coche lujoso dirigirse hacia allí, pero el chico que observamos nunca entra, solo se queda sentado en los escalones durante un tiempo y se va - dice Bella -.

- Ay no, que miedo - digo asustada -.

- Sí quieres te acompañamos - dice Alice y Bella asiente -.

- No, chicas. Muchas gracias, pero no - digo agradeciéndoles - de hecho, voy a ir yendo porque tengo que colocar todo y se va a hacer tarde -.

- ¿Tienes las llaves? - dice Bella -.

- Claro, me las llevé a México, pero las guardé como oro - digo mostrándoles mis llaves, guardadas en mi bolso -.

- Suerte, y un honor tenerte aquí de nuevo - dicen ellas dos y se los agradezco -.

- Gracias, chicas. ¡Hasta mañana! - digo y ellas me despiden moviendo sus manos -.

Me dirijo caminando a mi casa, ya que no estaba muy lejos de la casa de Alice y Bella, que viven en frente.

Veo Instagram o cualquier red social que me haga entretenido el camino.

Hasta que llego a mi adorado hogar.

- Hogar, dulce hogar - digo admirando detenidamente el lugar, un lugar en el que voy a estar a diario a partir de hoy, mi casa -.

Miro bien y veo el coche, el cual mis amigas me advirtieron que estaría.

- Oh, oh - digo con miedo sacando las llaves de mi bolso. A saber quién será el dueño de este precioso y lujoso auto, y qué hace en mi casa -.

Abro la puerta de mi casa y enciendo la luz. Está tan linda como la recuerdo, solo que con un poco de polvo.

- Bueno, luego coloco mi ropa - digo dejando la maleta cerca de la entrada principal, para posteriormente acercarme a la mirilla, a ver si visualizo al individuo que se sitúa constantemente en mis escalones según mis amigas -.

Efectivamente, un hombre de cabello castaño oscuro, abudante pero no con melena; tez blanca y tatuajes en su brazo izquierdo. Pero no logro ver su cara, pues el viento mueve su cabello, y no favorece que tenga agachada su cabeza, mirando sus pies dando los pasos que suben los escalones y sus rodillas flexionarse para poder sentarse en el último escalón. Coloca sus codos sobre sus rodillas, para apoyar su cabeza sobre sus manos.