André-Pierre Gignac

484 8 36
                                    

"Una última rosa en el país mexicano"

.

Sofía

Catorce de Febrero de dos mil veintitrés

- ¡Sofía!, ¡Sofía! - escucho mi nombre ser gritado desde lo bajo de mi casa. Entonces, me asomo al balcón para descubrir el individuo que está gritándome -.

Mis ojos tratan de encontrar a tal persona, hasta que logro divisar a un hombre fuerte de barba rubia. André. André de nuevo. El francés, loco por mí requiere volver a mi casa para pedir nuevamente mi mano.

- André, ¿jamás entenderás que mis padres odian a los tuyos y te odian a ti? - suspiro negando con mi cabeza, a pesar de eso él no se rinde, ni piensa hacerlo - ¿qué quieres? -.

- Baja, por favor. O déjame subir - ruega él. ¿Cómo voy a permitir que él entre en mi casa?, ¡mis padres me matarían! He de decir que él no ha sido nunca un mal hombre, mas es un jugador de fútbol. Un deportista de esos que se empapan en sudor después de haber jugado el partido de su vida -.

- ¡No!, no... ya bajo - aviso y él sonríe dulcemente, mientras hoyuelos se forman en sus mejillas - maldito francés - susurro bajando las escaleras de mi casa -.

Cuando llego a la calle, él con un ramo de flores me recibe. Encima son mis favoritas: unas preciosas rosas. ¡Huelen tan bien! Odio que mis padres y los suyos se lleven tan mal. ¿Por qué no pueden simplemente dejarnos ser felices y darnos el permiso de ser pareja?
Al menos, he aprovechado que mis padres han salido a comer con unos amigos para buscarme pareja, pero no me he interesado en ir, y no pueden obligarme.

- ¿Estás loco, An?, ¿cómo pretendes que te dé paso a mi casa sabiendo que mis padres pueden llegar en cualquier momento? Me sorprende en casos tu valentía. Te pasas - tomo entre mis manos el ramo de flores, específicamente rosas. Rosas de color rojo, por muy básico que se escuche -.

- Porque no me importa, Sofía. Sabes que por ti me arriesgaría con el hombre más fuerte del mundo. Me lanzaría del rascacielos más alto del mundo. Me arrojaría al fuego por ti. Me inmolaría por ti, cariño. Y por supuesto, me enfrentaré a tus padres. Pienso luchar por obtener tu corazón hasta que nuestros padres lleven una buena relación. No es justo que sean así - comenta el francés, lo que consigue derretir mi corazón -.

- Te amo, cariño - beso sus labios frenéticamente. Y aunque no esté segura, puedo deducir que es el hombre de mi vida -.

¿Haría mi papá lo mismo por mi mamá? No creo. Pero quiero que mis hijos si puedan decirlo, lo mismo que yo no he conseguido.
Estoy tan segura que el hombre más romántico del mundo, él me ama sinceramente. ¡Me ama!

Estaría orgullosa si mis hijos alcanzan a tener un papá como André. Pero me enorgullecería más si tengo una hija y esta consigue alguien que la ame tanto como este francés lo hace conmigo, o eso creo.

- ¡Sofía! - la voz de mi padre furioso nos separa de ese intenso beso, atemorizándome por lo que mi padre sea capaz a hacer. Es un clasista y no permite que tenga novio hasta que le den el visto bueno. Y obviamente, no se lo han dado a él -.

- Papá... - incapaz de responder, él le lanza una mirada desafiante al hombre propio del país europeo de Francia. El jugador de futbol galo le corresponde la mirada a mi progenitor, y este se lo toma tan mal que empuja a André -.

- Qu'est-ce que tu fais? (¿qué haces?) - pregunta él en su lengua materna. Y mi padre, que es inculto a más no poder, se abalanza sobre él pensando que es una ofensa -.

- Jodido francés, ¡aléjate de mi hija, maldito deportista ahógate en tu dinero! - exclama en un tono fuerte mi padre, quien desprecia al chico -.

(...)

𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟWhere stories live. Discover now