𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟ

Erling Haaland

...

- Amo pasar tiempo contigo, mi amor.

- Yo más, estar con vosotros es una cura para el alma, es lo que más disfruto cuando no juego fútbol.

- Deberíamos de hacer más de seguido picnic.

- Estoy de acuerdo.

...

Marlene

Estoy yendo en coche con Erling y nuestros bebés a un picnic.

Más bien, parece que voy yo sola porque estoy conduciendo y estos tres están durmiendo en la parte trasera del coche. Obviamente, les hice foto.

Una vez llegamos, monto el carro de los bebés y monto a mi hija, Alina, y a mi hijo, Erland. Sí, son nombres noruegos porque los eligió Erling.

- Erling, Erling - digo moviéndolo -.

- Mmhh - dice somnoliento -.

- Despierta - digo pero no recibo respuesta de él. Nuestros hijos están despiertos y él aún no - ¡DESPIERTA! - digo moviéndolo -.

Abre los ojos del grito y se acomoda en el asiento.

- Hola, mi amor - dice sonriendo -.

- Me ha costado despertarte - digo riendo -.

- ¿Yo?, ¿durmiendo? - dice irónicamente riendo -.

- Ven, que vamos a preparar el picnic con nuestros bebés - digo tomándolo de la mano para sacarlo del coche -.

- Oh, sí. Mis bebés bonitos - dice saliendo del coche para dirigirse a ellos -.

Mientras él juega con ellos, yo saco lo necesario para el picnic del maletero. Después de sacar el mantel con comida, además de los biberones, pañales, chupetes y todo para los bebés; me aseguro de que no nos olvidemos nada dentro del coche, y cierro las puertas.

- Erling - digo cansada -.

- Dime, amor - dice girando la vista de nuestros bebés a mí -.

- ¿Podrías, por favor, ayudarme con las cosas? Gracias -.

- Oh, claro mi amor - dice tomando todo y llevándolo él. Claro, así de fuerte está el cabrón -.

- Venid, mis bebés, que os llevo a donde se suponga que vaya papi con las cosas - digo empujando el carrito -.

Erling se asienta sobre un lugar lleno de flores, y con la sombra de un árbol, perfecto.

- Wow, amor, es precioso - digo admirando el lugar -.

- Igual que tú - dice besando mi mejilla -.

Es tan hermoso.
Empieza a colocar todo haciendo que sus músculos se marquen.

Para distraerme, Alina empieza a llorar.

- ¿Por qué lloras mi bebé hermosa? - digo tomándola en brazos -.

Sigue llorando, así que huelo su pañal, y no huele, ¿fiebre?, tampoco. Tendrá hambre.

Tomo su biberón y empiezo a dárselo, ella calma su llanto y yo suspiro aliviada.

- Eaeaea, ya está, mi amor - digo acunándola y besando su frente -.

La dejo en el carrito com su hermano y cuando me doy cuenta, Erling ya terminó de montar todo.

- Eres tan buena madre - dice besando mis labios -.

- No, en verdad. Solo hago lo que necesitan - digo sonriendo de lado -.