𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟ

Mikel Oyarzabal

"Mi mayorcita Páez"

Advertencia: El partido que será mencionado posteriormente no fue jugado por Mikel, pero es un oneshot, así que sí lo hará.

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Carmen Paz

Partido España—Georgia
Estadio José Zorrilla, España.

minuto 25' del partido

Veo la cara de mi hermano con gestos de dolor, y me preocupo por él, obviamente.

Soy su hermana mayor y me asustaría que se lesione. Además, él odia no estar jugando sobre el campo. Siempre ha sido su sueño y pasión el fútbol.

Veo como las mejillas de mi hermano pequeño se llenan de lágrimas y su rostro se torna de un color rojizo, entonces comprendo que no está bien. Ahora soy yo quien está al borde del llanto, no soporto verlo así.

Me escabullo entre los aficionados españoles de las gradas que llegan a llenar también las escaleras, y entre tanto color rojo, llego a la sala de atención médica de la Selección Española.

- ¡Pablo! - exclamo entrando a la sala -.

Me encuentro a mi hermano llorando mientras agarra la mano de un médico mientras exploran su rodilla, aguantando su dolor.

- Carmen - dice entre sollozos y extiende su brazo -.

Tomo su mano, y entonces se aferra a la mía, mientras muerde sus labios por el dolor que siente cuando las manos, vestidas por los guantes, del doctor palpan la zona de su rodilla herida.

- Es posible el caso de lesión - avisa el licenciado en medicina -.

El rostro de mi hermano forma unos gestos aún más preocupados y se aferra a mi mano lo más fuerte que puede cuando el doctor toca justamente el punto donde siente pleno dolor. Sé que está sufriendo, pero necesitan determinar el nivel de su lesión.

- ¿Es muy grave la lesión de mi hermano, doctor? - pregunto en un tono intermedio entre la curiosidad y la preocupación -.

El doctor inhala y exhala repetidamente, hasta que parece tener la respuesta obtenida en la punta de su lengua. Y aunque intenta mirarla una y otra vez para asegurarse de que sea correcta, no es consciente de lo que sus ojos visualizan en aquel papel recién modificado por la tinta negra de la impresora.

- Pues lamento informarte Pablo, pero estarás de seis a ocho meses de baja. Y probablemente no juegues con la Selección Nacional española hasta dos mil veinticinco, lo que conlleva la ausencia del dorsal número 'seis' del Fútbol Club Barcelona sobre el terreno de juego en la Eurocopa de dos mil veinticuatro. Pésimas noticias, te esperamos una pronta recuperación. O al menos, que vuelvas como mejor futbolista, porque eres capaz de todo - informa el doctor -.

Las mejillas de mi hermano se llenan de lágrimas imparables, que provocan el llanto en mí también. Mientras sollozamos, golpes en la puerta nos hacen sobresaltar a mi hermano y a mí.
Irrumpe en la sala médica un hombre de cabello castaño y ojos marrones claros.

- ¡Gavi, hermano! - exclama el chico de joven aspecto -.

El último nombrado y mi pequeño hermano se funden en un abrazo que transmite fuerza, empatía y amistad.
No puedo estar más feliz de que mi hermano posea amigos así.

Al separarse, el chico se queda mirándome fijamente mientras me observa de arriba a abajo.

- ¿Es tu novia, Pablo? - este niega rápidamente y con una sonrisa divertida se atreve a pronunciar entre tanto silencio y tensión -.