𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 ;; ғᴜ́ᴛʙᴏʟ

Marcus Rashford

"Lawyer" (Abogada)

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- Bendito el día en que te ví aparecer en mi oficina.

- Gracias a tí puedo disfrutar de todo esto. Te amo.

- Es todo lo que necesitaba escuchar salir de tus labios, darling.

- Con esto puedo hacer oficial esto, my lawyer.

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Lizbeth Lennox

Dios, otro día duro en la oficina.

Estoy casi apunto de irme a mi casa porque se supone que mi jornal "ha terminado" por hoy.

Pero justo apareció un hombre a última hora, ¡Y la agencia me lo pone a mí!

- ¿Por qué yo? - Le digo al secretario -.

- Lo sentimos, Liz, pero si te elegimos fue porque eres la mejor abogada actualmente en la ciudad - dice orgulloso Will, el secretario -.

- Joder, está bien - digo cansada tomando mi maletín, para retroceder hacia mi despacho -.

Espero un rato hasta que la persona que iba a llegar toca a mi puerta.

- Adelante - digo accediéndole el paso -.

- Hola, ¿es aquí Srta.Lennox? - dice un hombre de tez morena, ojos negros, recibos negros y un jersey gris acompañado de unos vaqueros rotos -.

- Hola. Sí, pasa - digo recogiendo algunos papeles -.

- Gracias - dice él con una linda sonrisa -.

- Toma asiento, por favor - digo y él obedece mi orden - cuéntame, ¿qué necesitas?, ¿por qué has venido aquí? - digo guardando los papeles que estaba antes recogiendo -.

- primero que todo buenas tardes casi noches - dice él educadamente -.

- Buenas tardes - saludo -.

- Me llamo Marcus Rashford, y quisiera informarte del problema que estoy sufriendo. Mi novia, bueno, ex novia, me ha denunciado por supuesto maltrato doméstico. Toda mi familia está preocupada, incluido yo, porque sabemos que no hice nada. De hecho, tengo cámaras y en ningún momento se indica que yo le haya tocado un pelo. Quiere hacer eso para sacarme el dinero, y vengo aquí a reclamar tu ayuda si podrías, gracias. Y perdón por las molestias, es cuando salí de entrenar - dice disculpándose -.

- Tranquilo, disculpas aceptadas - digo entrelazando mis dedos - bien, ¿hay algo más? -.

- Sí, y es que necesito también una orden de alejamiento de ella, y demostrar que sus supuestos moretones y heridas no son realizados por mí, si no, ella misma lo hizo, o se lo mandó a alguna amiga o al amante que tiene - dice él jugando con sus manos, nervioso -.

- ¿Estás nervioso? - digo con una ceja arqueada -.

- Un poco, las reuniones me ponen nervioso - dice rascándose la nuca -.

- Bueno, pues no te preocupes que yo no te voy a comer - digo sacando una folio para apuntar el nombre del paciente y su caso -.

Una vez lo apunto le pregunto más cosas.

- ¿Y estabais casados? - digo con el bolígrafo en mi mano, rozando la hoja de papel -.

- No, comprometidos. Nos íbamos a casar en tres meses - dice tosiendo levemente, para afinar sus cuerdas vocales -.

- De acuerdo. Lo siento, por cierto - digo lamentándome con él por la separación de su pareja. Se que estos casos son duros, y no es el primero que resuelvo -.