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—¿Y qué pasa si lo hago mal?— le pregunto agobiada a Bea, quien me estaba ayudando a subir la cremallera del vestido.

—¿Y qué pasa si lo hago mal?— le pregunto agobiada a Bea, quien me estaba ayudando a subir la cremallera del vestido

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—Irene deja de martirizarte, lo vas a hacer genial.— me termino de poner los tacones dorados y Bea me retoca el pinta labios.

Bajamos hasta recepción y nos montamos en el coche que nos va ha llevar hasta el estadio.

Cuando llegamos, los nervios se vuelven más grandes y siento que las piernas me tiemblan.

(...)

Ya estamos en el túnel de vestuarios, la botella de agua que estaba bebiéndome, me la quitan y me retocan el pinta labios.

Siento la garganta seca otra vez, genial.

—Vale Irene, cuando los jugadores estén a cinco minutos de salir, ahí es cuando te toca salir a ti, tranquila que no vas sola, otro presentador va a ir contigo, él va a decir otras cosas pero tú recuerda, solo la alineación portuguesa.— me explica Mauri, el chico gay tan majo.

—Vale, muchas gracias Mauri— le agradezco y este me sonríe.

—No es nada preciosa, lo vas a hacer muy bien.— me da un beso en la sien y luego se va para hablar con el otro presentador.

Bueno, ahora que lo pienso, solo tengo que decir el nombre de 11 jugadores y termino con el sufrimiento.

—¿Irene no?— me giro al escuchar mi nombre y veo al chico que me va a acompañar.

—Sí, si soy yo—.

—Encantado, soy Lucas, tenemos que presentar juntos.— yo asiento con la cabeza y nos damos dos besos.

Nos quedamos hablando un rato y mientras los jugadores del partido, se empiezan a colocar al rededor nuestra.

Lucas y yo seguimos hablando y poco a poco se me van yendo los nervios.

—Has conseguido que se me vayan los nervios— le digo riéndome y este me sonríe.

—Pues me alegro— se me acerca al oído, siento su respiración y me tenso, —Es mejor que vayas relajada.— dice y luego me guiña un ojo.

Yo me río pero más que nada por educación y porque no sé qué decir.

Siento una mirada en mi espalda así que me giro para ver que tal va todo el panorama. Empiezo a mirar a todos lados y mi mirada se conecta con la de João.
Su mirada en directa y penetrante. Creo que le ha fastidiado que hable con Lucas.

Veo que hacia nosotros viene Mauri y me mira a mi.

—Irene por favor dime esto urgente.— siento la mirada de Lucas a mi lado — ¿sabes hablar portugués?— yo asiento con la cabeza y él respira ondo.

—¡Perfecto! Vale chicos, tenéis que ir saliendo ya, cuando escuchéis la canción, llegáis hasta el escenario que hay en el medio y cuando pare la música, comenzáis a decir lo vuestro.— Lucas y yo asentimos con la cabeza y nos miramos antes de empezar a caminar.

Siento como me coge de la mano y yo me tenso, este chico se está cogiendo muchas confianzas, pero no me molesta del todo.

Empieza a sonar la canción y empezamos a caminar mientras sonreímos. Escucho la voz de Mauri a través del micrófono que llevo, ¿me está hablando por un pinganillo? Que fantasía.

Llegamos al escenario y la gente empieza a aplaudir. Yo no puedo dejar de sonreír. Lucas me mira y hace lo mismo que yo.

Lucas, empieza a presentar su parte en inglés cuando termina de sonar la música y yo le miro sonriendo, en una de esas, él también me mira y conectamos miradas, joder ahora que me fijo es un puto dios griego.

Lucas termina su parte y la gente vuelve a aplaudir.

Yo respiro ondo y empiezo a decir mi parte, os la voy a poner en español aun que yo la digo en portugués.

—¡Buenas tardes damas y caballeros! En el día de hoy nos encontramos en el estadio Al Thumama, para presenciar uno de los partidos más importantes de este campeonato.
¡Tanto Marruecos como Portugal, se juegan el paso a semifinales!
Pues bien, mi compañero Lucas ya les ha presentado el once inicial de Marruecos, pero a mi me toca el de Portugal.
Empezamos este once con Diogo Costa en la portería.
En la defensa nos encontramos con Raphael Guerreiro, Rúben Días, Pepe y Diogo Balot.
Seguimos con el centro del campo, Otávio, Rúben Neves y Bernardo Silva.
Y por último, nuestros delanteros son: Gonçalo Ramos, Bruno Fernandes y... ¡JOÃO... FÉLIX!—.

Los seguidores portugueses gritan de alegría y yo sonrío. Lucas y yo aplaudimos a la vez cuando los jugadores empiezan a salir del túnel de vestuarios.

—Mauri te voy a matar— digo bajito a través del pinganillo.

—¿Por qué preciosa?—me pregunta con burla.

—No has incluido el detalle de que iban a salir con nosotros aquí, están todos mirando— digo mientras finjo una sonrisa.

Mauri se ríe y yo ruedo los ojos disimuladamente.

Mi mirada vuelve a conectarse con la de João quien me mira, pero enseguida, rompe el contacto visual.

Lucas y yo bajamos del escenario, y entramos al vestuario después de saludar a los seguidores que gritaban nuestro nombre.

Cuando ya estamos dentro, vemos que Mauri viene corriendo hacia nosotros y nos abraza.
Yo me río a carcajadas y se las contagió a ellos también.

(...)

Ya estoy en el placo que ha reservado João para su familia. Estoy sentada junto con su madre y a mi lado está mi querida Bea.
El ambiente con su madre se hizo un poco tenso al principio, pero me he dado cuenta que en el fondo es muy buena persona.
Ella estaba en contra del contrato, pero su marido lo firmó falsificando la firma de la pobre señora.
Me ha preguntado si estaba todo bien entre João y yo y con mucha pena le he tenido que mentir.
Me ha dicho que he salido preciosa y que lo he hecho fenomenal. Me ha dado mucha ternura y no me he querido sentar lejos de ella.

Obviamente ya me he cambiado y me he puesto unos pantalones negros largos ajustados, la camiseta de la selección con el número y nombre de João y por último unas botas negras altas hasta dos dedos por de bajo de las rodillas.
Esta tarde hace un poco más de frío pero se puede ir en manga corta.

Leo se ha quedado en el hotel junto con la hermana de Bea.

La primera mitad de partido a sido muy 50/50. Al principio João, ha tenido dos ocasiones pero ninguna ha resultado.
Y cuando estaba por terminar la primera parte, Marruecos marca el 1-0.

La madre de João casi se pone a llorar y yo estaba por matar a alguien. Los seguidores marroquíes, no paran de pitar cada vez que Portugal toca el balón y eso me enerva.

Ya estamos en el minuto 77 y Portugal no para de tener oportunidades, pero seguimos igual. Los jugadores ya están cansados y yo estoy por arrancarme los pelos.

Carla, mi suegra, está literalmente llorando y yo la abrazo. Ella me abraza también y veo como Bea nos saca un foto a escondidas. Ella me saca la lengua y yo me río.

Joder que desesperación, ¡quedan 10 minutos y no marcan! Mis nervios están más fuertes que cuando tenía que presentar. Y encima los pitos me ponen más nerviosa aún.

En el minuto 82, Portugal tiene una ocasión, se la pasan a João, tira fuerte, me levanto de golpe con las manos en la cabeza pero el balón va fuera. Me pongo las manos en la cara y una lagrima sí que me sale.
Me vuelvo a sentar y Carla está peor. La vuelvo a abrazar.

Desde un inicio [João Félix]Where stories live. Discover now