6.

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Los nervios están más a flor de piel que nunca. Y tengo el corazón apretado en un puño.

Ya estamos en los minutos de descuento y Cristiano Ronaldo la ha tenido, pero el portero la ha parado.
Os juro que he gritado como una loca.
Han añadido 8 minutos y yo no puedo estar más nerviosa.

Creo que a mi suegra, está por darle un ataque.

Un jugador marroquí le hace falta a João, quien se cae al suelo, y el arbitro le saca amarilla. Ya tenía otra y eso quiere decir que el marroquí se va a la calle.

Yo estoy a punto de llorar de la desesperación.

Los minutos pasan y llega el final del partido. Carla y yo estamos a lágrima viva.
Veo que en la pantalla del estadio enfocan a João y vemos que está llorando. Eso hace que yo me ponga más triste aún, ya que estoy llorando porque él se pierde el mundial.

Bajamos prácticamente corriendo hacia los vestuarios para abrazar a los familiares. Yo en lo único que pienso ahora, es en ver cómo está João.

Estábamos hablando con unos familiares de mi prometido y justo me llega un mensaje de él.

"Irene tu padre me está martirizando."

Joder. Me despido de Bea rápidamente y corro como una loca hasta la puerta de los vestuarios. Me dan igual los tacones y todo lo que haya por medio.

Cuando llego, hay un segurata que no me deja pasar.

—Perdone señorita, no puede pasar sin acreditación— me dice. Le miro incrédula.

—¿Me está diciendo que para ver a mi marido, ¡que está sufriendo ahí dentro!, ¡tengo que tener una puta acreditación!?— le digo gritando y este me mira neutral.

A la mierda todo. Cojo el pomo de la puerta y entro antes de que el gordo me detenga. Corro por los pasillos, y cuando escucho voces y llantos, sé que voy por buen camino.
Me paro en un grande marco sin puerta, al ver que todos los jugadores están ahí dentro.
Obviamente se me quedan mirando, les miro y veo que, algunos van sin camiseta, otros en calzoncillos, y otros directamente en toalla. Genial, ahora se piensan que soy una fan loca.

Paso de ellos y voy directa hacia João, le miro y está llorando mientras sostiene su teléfono en la oreja. Voy hacia él y me mira mientras llora. Esa imagen me parte el corazón.
Me agacho enfrente suya y le quito su móvil para llevármelo a la oreja.

—João no puedes jugar así de penoso, daba puto asco ver como dabas los pases, ¿quién coño te crees?— escucho la voz de mi padre y mi sangre empieza a hervir.
Puto gilipollas.

Directamente cuelgo la llamada sin decir nada, bajo la atenta mirada de João.
Dejo su móvil de lado y le miro a él. Le seco las lágrimas con mis dedos.
Después de esto me voy a arrepentir pero tenemos que aparentar ser prometidos.
Le beso. Pero le beso de verdad y no un pico. Es un beso lleno de tranquilidad y cariño. Eso es lo que quiero transmitirle.
Él me lo sigue y noto como por segundos se va relajando cada vez más.
Sus manos frías por el clima en el campo, me tocan la espalda y yo sonrío encima de sus labios.
Abrimos los ojos y nos miramos, veo que está sin camiseta y que tiene rozaduras por todas partes.

—João.., has jugado increíble, no te creas ni una sola palabra de lo que te ha dicho mi padre— le susurro y él baja la mirada.

—Ey— le levanto la cabeza, —por favor— le vuelvo a susurrar y él me da otro beso.
Joder estoy ya no es fingir. Pero no me aparto. Me gustan sus besos.

Espera, ¡¿qué?! Irene piensa mejor lo que dices. Gracias.

Cuando nos apartamos me mira otra vez y yo le sonrío.

—Me voy a la ducha, tú espérame aquí, en 10 minutos estoy y nos vamos— me dice y yo asiento con la cabeza.

Yo me siento donde hace unos segundos estaba él y me pongo a pensar en lo que acaba de pasar.

Siento que João y yo estamos yendo muy rápido. Con el tema de fingir nos pasamos. Pero la pregunta es: ¿está mal no fingir siempre?
Qué pasa si yo quiero besar a João porque de verdad lo siento.
¿Estaría mal?

Veo que viene hacia mi un chico del equipo y se sienta al lado mía. Yo le miro y él hace lo mismo.

—Oye había pensado que a lo mejor te gustaría ir a tomar algo o...— no termina porque Rúben, el mejor amigo de João, le interrumpe.

Conozco a Rúben porque João me lo presentó apenas nos mudamos. Me cae demasiado bien, pero su novia es íntima de la ex de João, entonces esta siempre me mira con desprecio.

—Deja de ser pesado Leão, ¿no ves que se han besado 2 veces?— dice y yo me río.
El tal Leão este se va y yo respiro tranquila.

Rúben se sienta conmigo y empezamos a charlar. No me extraña que sea mejor amigo de João, habla muy bien de mi prometido.

Pasan los minutos y la charla se termina cuando veo que João, sale del cuarto de duchas con solo una toalla. Virgen santísima. Dios mío, ¿pero ese cuerpo lo han diseñado los dioses o qué? Joder está para no sacarle de la habitación en todo el día.

Perdón, perdón, perdón, me he dejado llevar lo admito, pero es que está muy bueno.

João se acerca a mí sonriendo y dice:
—No salives tanto por mí, que me tienes en tu cama todos los días y te da igual.— me dice susurrando en mi oído y yo me muerdo el labio mientras sonrío.

Me da un beso corto en el cuello y yo no puedo tener la sangre más caliente ahora mismo.

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Estaba terminando de escribir un nuevo capítulo y me he acordado que los miércoles toca actualizar😅.

Como regalo de Navidad, y agradecimiento por las 1K visitas que tiene ya la historia, he decidido que mañana volveré ha actualizar aún que no toque😚.

Espero que estéis todo muy guapos y que estéis descansando mucho. Yo voy a seguir aprovechando para escribir que pronto me toca volver a los estudios y se me acaba el tiempo😑.

Cuidaros mucho!! 😚😚Besos a tod@s!!💞💞💞🤍🤍🤍

Desde un inicio [João Félix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora