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Llego al estadio y dejo mi coche aparcado en la plaza de garaje que tengo asignada.
Me bajo cogiendo todas mis cosas y camino nerviosa hacia las escaleras.
Esta vez, no cojo el pasillo de los palcos, sino el que te lleva al túnel de vestuarios.

No puedo estar más nerviosa, la entrevista la van a retransmitir en directo en la televisión local, y luego la van a pasar a vídeo, para subirla en todas la redes sociales posibles.

Es una oportunidad increíble y no puedo estar más agradecida con el club.

Lo que pasa es que Pablo es un chico de la cantera, y no conozco mucho de él, pero bueno, supongo que para eso está la entrevista, para conocer un poco más sobre él.

—Buenos días Irene.— me giro cuando escucho la voz de una chica llamándome.

—¡Hola! Buenos días.— le respondo y ella me sonríe, la verdad, es guapísima.

—Pablo ya está en el campo, ¿me acompañas?— me pregunta y yo asiento con la cabeza.

Caminamos hacia el campo y yo no puedo parar de mirar para todos lados, esto es precioso.
Por cierto, la chica me ha dicho que se llama Marta.

Llegamos al apartado donde va a ser la entrevista y veo que hay un chico alto, rubio y muy bien vestido.

—Oye Marta, ¿tú crees que con este vestido voy bien?— le pregunto mientras ella me retoca el maquillaje.

—Ojalá tuviera yo tu cuerpazo, vas perfecta.— me dice y yo sonrío agradecida.

Que chica tan maja.

Cuando terminan con mi maquillaje, me colocan todos los micros y a lo lejos veo como a Pablo también se los colocan.

Luego camino hacia las sillas que están frente a las cámaras. Aquí es donde mis nervios aumentan.

Pablo se levanta y cuando termina de repasarme con los ojos, nos damos dos besos.

—Encantada, soy Irene— le digo sonriente.

—Igualmente, yo soy Pablo, y permíteme decirte que estás preciosa.— yo me sonrojo al instante.

—Muchas gracias, tú no te quedas atrás.— le digo y él se ríe.

Nos sentamos y cuando me dan la señal, estamos en directo y yo empiezo a entrevistarle.

Las preguntas pasan y el ambiente se vuelve cada vez más ameno. Me siento muy agusto con Pablo, como si nos conociésemos de hace tiempo, es una sensación extraña.
Responde mis preguntas encantado y eso me alegra. Lo que me gusta de mi trabajo es cuando consigo conectar con la gente, y creo que hoy lo he logrado.
Por eso estoy muy feliz.

—¿Y cómo te gustaría que te dedicasen a ti un gol?— me pregunta Pablo.

Yo previamente le había hecho la misma pregunta así que no puedo evitar reírme.

—Pues.., creo que me encantaría que se besasen la muñeca derecha. —le extiendo mi brazo derecho para que vea el tatuaje que tengo en la muñeca.
—Es un 7, representa mi vida en general, siempre ha sido un número muy importante para mí.— le explico.

Él asiente con la cabeza como si estuviese memorizando todo lo que le he dicho.

La entrevista sigue y no puedo evitar quedarme con las miradas que me hace Pablo. Yo a veces se las devuelvo pero cualquiera que nos vea pensaría que nos gustamos.
Y para nada.

Cuando por fin acaban las preguntas, nos despedimos del directo y cortan la retransmisión. Yo me tiro en la silla derrotada mientras me río.

Los programadores nos dan la enhorabuena y yo les agradezco por la oportunidad.

Desde un inicio [João Félix]Where stories live. Discover now