Desde un inicio [João Félix]

23 y 24

⚠️CAPÍTULO DOBLE Y ESPECIAL⚠️

Irene

Me termino de poner el vestido que llevo cuidando dos semanas como una loca. Todos los años, en noche vieja, Bea y yo tenemos la tradición de ponernos el mejor vestido que tengamos para terminar el año de la mejor forma posible.
Y este año no iba a ser menos.

Sin embargo, miro de reojo al causante de mi inestabilidad emocional. Efectivamente, el señor João Félix Sequeira.

Veo que simplemente se ha puesto unos pantalones oscuros y una camisa negra. No es algo tan preparado como lo mío, pero igualmente se ve guapísimo.

Aún recuerdo cuando hace 2 días me llamaron para comunicarme que le daban el alta. Os juro que me puse muy feliz. Parece raro pero le he cogido un cariño muy grande a este portugués.

—Joder pitufa, ¿es necesario que vayas tan guapa?— escucho la voz de João en mi espalda.

Yo me río. Y me giro para mirarle.

—¿Por qué lo preguntas?— él se muerde el labio inferior.

—Mis amigos son unos pajeros.

Yo ruedo los ojos y me termino de poner el pinta labios.

—Pues como tú— le pico reteniendo una carcajada.

—¡Oye! Yo no hago esas cosas.., —dirige su mirada al suelo, —a que no Floki.— le dice al cachorro que hemos adoptado.

Yo sonrío al ver la escena.

João le agarra en brazos y le rasca la tripita. Yo hago un puchero por la ternura. No pueden ser más monos.

—Mira qué guapa va mamá floks— le cuenta João y se acerca a mi.
Yo me río y me giro para darle un beso al perrete en la cabeza.

—¿Vaamos? Siempre llegamos tarde.— le digo mientras cojo el bolso de mano.

—Mientras vaya contigo de la mano da igual llegar tarde.— dice saliendo por la puerta de la habitación para adentrarse en el pasillo.

—¿Vas a estar todo el rato piropeándome?— le pregunto mientras le sigo escaleras abajo.

—Suele ser parte de mi día a día morena.— me aclara y coge las llaves de casa y su abrigo.

Yo en cambio, pongo la alarma y me cuelgo por la espalda mi gabardina negra.

—Espera, no corras que con estos tacones no puedo.— le pido mientras hago una mueca.

João se gira hacia mí y se acerca. Yo frunzo el ceño y pego un leve grito cuando me agarra de la espalda a lo princesa de Disney.

—Así no te quejas.— soluciona y yo le pego en el brazo más cercano que tengo.

—¡Oye! Te vas a arrugar la camisa.— intento bajarme pero aprieta su agarre en mi cintura para retenerme.
Una corriente eléctrica recorre mis costillas.