Desde un inicio [João Félix]

13

Me termino de vestir y bajo corriendo las escaleras hasta llegar a la entrada. Cojo mi gabardina larga negra y mi bolso de siempre.
Termino de poner la alarma y cierro la puerta con llave.

Me subo en mi coche y enseguida pongo la calefacción, vaya frío que hace fuera.
Como puedo meto la llave y arranco el coche.

De camino al Metropolitano, voy escuchando música mientras cada 10 segundos tenia que mirar qué hora era, para no llegar más tarde de lo que ya iba.

Cuando llego al estadio, me detengo en la rampa del parking privado.
Un segurata con un chaleco reflectante me para y yo bajo la ventanilla.

—Buenas tardes señorita, para pasar necesita la acreditación.— me recuerda y yo evito reírme ante la última palabra, no me traen buenos recuerdos las acreditaciones.

—Claro, espere que la busco.— le digo amablemente y él asiente con la cabeza.

Me giro para rebuscar entre todas las cosas que llevo en el bolso, y cuando la encuentro se la paso.
La revisa unos segundos y me la devuelve con una sonrisa.

—Puede pasar, que pase buena tarde.— se echa a un lado y yo le agradezco mientras piso el acelerador para llegar hasta la plaza de aparcamiento.

Cuando dejo mi preciado coche bien aparcado, cojo mis cosas y lo cierro también con llave.

Camino hacia las escaleras que me llevan hasta los pasillos de los palcos. Busco el número 13, el que me dijo João.
Cuando llego veo que está vacío, aún así me siento en una butaca.

Los minutos pasan y mientras yo hablo por teléfono con un amigo del instituto, el estadio se va llenando poco a poco.

(...)

El partido está siendo un poco desastre. El Atleti no está jugando bien y eso me cabrea.

Llevo siendo del Atleti desde que nací y mi padre me crio bajo estos colores, y ver que ahora ha recaído tan brusco no me gusta nada, aún recuerdo el Atleti del 2014, eso sí que era Atleti.

Pero toda mi tranquilidad se fue cuando en el minuto 78 de partido, Griezmann le da una asistencia a João, quien mete el gol.
Lo celebra frente a las gradas pero lo que no me esperaba era que en su mano derecha se formase una: M.

No veo muy bien desde tantos metros de distancia pero las cámaras han enfocado perfectamente, le acaba de dedicar el gol a su ex.

Rápida y bruscamente recojo mis cosas y salgo de ese palco lo más rápido que puedo. La sangre me hierve y estoy a punto de bajar a decirle cuatro cosas.
Pero mi educación no me lo permite.

Me voy lo más rápido que puedo hacia el parking y arranco el coche. Piso el acelerador como si no hubiese un mañana y salgo por la rampa.
Afortunadamente no hay aficionados cerca.

Os preguntaréis que por qué me he ido, veréis, no me apetece quedar como la cuernuda de España.
La prensa sabe que el gilipollas y yo nos vamos a casar y me han visto entrar al campo, en cuanto viesen su dedicatoria me enfocarían sin parar, y no me apetece.

Sinceramente, me duele que João se haya reído de mí en mi puta cara después de que le he apoyado, incondicionalmente de todo lo que pasa en nuestras vidas.
Me molesta que se rían de mí y más cuando me pidió que viniese a verle, no creo que me lo merezca.
No creo que me merezca tal humillación enfrente de tanta gente después de todo lo que le he aguantado.
Le he perdonado cosas solo para evitar discusiones y ahora viene con que se lo dedica a su ex.
Pues que se vaya a la mierda con ella.

En cuanto enciendo el móvil en un semáforo en rojo, veo que tengo varios mensajes del grupo "las súper-nenas" y varias llamadas perdidas de Bea.

Todos los mensajes son relacionados a que han visto la dedicatoria y me piden explicaciones, otros son de preguntas sobre cómo estoy.
Vuelvo a conducir apagando el móvil, solo quiero escapar de todo por un rato.
Y por eso enciendo la música a tope y me dejo llevar por completo.

¿Tan complicado es querer vivir tranquila? Muchas veces pienso que nunca me van a dejar estar en paz.

Llego a casa y aparco el coche. Cojo mis cosas de nuevo y sin ganas de nada, abro la puerta y desactivo la alarma.

Subo directamente hacia la habitación de invitados y me doy una ducha para relajarme. Estos momentos de paz son los que me salvan de tirarme por la ventana.

Cuando termino, me pongo algo cómodo y me empiezo a desmaquillar. Pero me vienen todos los momento vividos hoy y de la tensión acumulada empiezo a llorar.
No me preguntéis por qué pero es una excelente manera para desahogarme.
Lloro sin parar intentando acabar con todo el martirio de mi cabeza.

Me obligo a mi misma a dejar de llorar y meterme en la cama.
En cuanto toco la almohada mi cuerpo cae en un profundo sueño en el que consigo olvidarme de la realidad.

João

Me siento una mierda de persona. No sé por qué le he dedicado ese puto gol a mi ex. Ese gol era para mi prometida, para Irene joder. Era para ella.
Solo y exclusivamente para Irene. Porque yo quería, quería dárselo a ella, como agradecimiento por todo lo que me ha apoyado hasta ahora.

Pero como soy gilipollas y estaba pendiente de celebrar con Antoine y con la grada, me salió automático y tuve que hacer la M.
Pero yo ni siquiera quería hacer la inicial de Irene, quería celebrar con ella desde el campo y lanzarle un beso para que se enterase todo el estadio.

Si fuese por mí me daba de hostias yo solo.
¿Cómo he podido ser tan imbecil?
Me salió automático porque cuando le dedicaba mis goles a la loca de mi ex, no lo sentía. Lo hacia por obligación, no por sentimiento.
Sin embargo, con Irene sí, con Irene siento que le tengo que dedicar todo, solo por el simple hecho de que ha confiado en mí sin apenas conocerme. Solo por eso, ya tendría que dedicarle toda mi carrera.

En cuanto me di cuenta de la cagada, dirigí mi vista hacia el palco donde estaba Irene pero ya era tarde, se había ido. Y no me pude sentir peor en toda mi vida. Sentí que el gol y todo no servía para nada, y la verdad es que no sirve para nada cuando la razón por la que lo quieres lograr, se va de nuevo enfadada por tus acciones.

He probado a llamarla millones de veces, he reventado el WhatsApp e incluso la he llamado por el teléfono de sus amigas.
No responde, tiene el teléfono apagado.

Espero que esté en casa y se encuentre bien.