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Nos levantamos de las sillas y la ayudo a seguir preparando la cena. Los olores fascinantes me entran por las fosas nasales y cada vez me crean más apetito.

—Intenta no comértelo todo antes de que lleguen  los demás.— me dice y yo me muerdo el labio.

—Es imposible, sabes que me encanta comer.

Ella se ríe y viene hacia mí con dos cervezas para tenderme una. Yo le agradezco.

Seguimos cocinando mientras suena en el altavoz mi queridísima Lady Gaga.

Estaba removiendo un caldo cuando escucho que los chicos entran en la cocina.
Bea se va para hablar con Koke sentados en la mesa de la cocina.
Y yo me tenso cuando siento los brazos de João rodearme la cintura.

—João apártate, no me toques.

—Koke está mirando, nos puede descubrir, ¿eso quieres?— me dice a la defensiva.

—Me da igual, las parejas también discuten, así que échate a un lado y no me vuelvas a tocar.

Al final se acaba separando a regañadientes.

(...)

Suena el timbre de la casa y yo me tenso al instante.

Camino hacia la puerta para abrir, después de asegurarme de que son los padres de João, a través de la mirilla.

—¡Hola mi niña!— me dice la madre de João con una emoción que me deja perpleja.

Yo le sigo el abrazo encantada.

—Pero que preciosa estás, que suerte a tenido mi hijo.— dice y yo solo sonrío agradeciéndole el alago.

Veo que el padre me mira y yo me acerco para darle dos besos.
Él me los da secamente y enseguida me separo.
Les pido los abrigos y cuando me los dan los dejo en el perchero.

Les gio hacia el comedor donde João y Koke están mirando algo en el móvil de este último.
Busco a Bea con la mirada pero no la encuentro, deve estar en la cocina, genial.

—Ahí se encuentra su hijo, voy a ver si necesitan ayuda en la cocina, con permiso.— digo y me giro para ir casi corriendo dirección a la cocina.

—¡Beatriz!— le digo y ella pega un salto del susto, se lleva una mano al corazón y yo reprimo una carcajada.

—¡Oye! Me has asustado, ¿que pasa?— pregunta dejando un vaso en la encimera.

—Ya están aquí mis suegros, tengo miedo.

—Bueno, tranquila, no pasa nada, tampoco muerden. Solo tienes que aguantar unas horas y ya.

Yo asiento con la cabeza poco convencida pero mientras ayudo a Bea a llevar la comida a la mesa.

Cuando llegamos, Koke está buscando algo en un cajón, João hablando con su madre, y Carlos, usando su teléfono.

Noto una mirada bastante penetrante en mi y cuando levanto la vista para ver de quien se trata, resulta ser de João.
Rápidamente cortó el contacto visual y sigo colocando los cubiertos en su sitio.

—Oye Irene, —miro a Bea— ¿me traerías dos copas más de vino blanco?

—Claro que sí, ahora mismo vuelvo.

Ella me sonríe.

Cuando llego a la cocina estoy por abrir la vitrina y coger las copas pero siento como me cogen del brazo y doy un pequeño brinco.
Me giro rápidamente.

—¡João! Jesús, podrías avisar al menos, que susto.— le digo mientras recupero el aire.

—Lo siento no quería asustarte, ¿podemos hablar?

—João, ya estamos hablando.— le digo obvia.

—Tienes razón.., esto...— se rasca la nuca nervioso —Quería pedirte perdón por como me he comportado, no sabía como gestionar mis emociones y al ser un imbecil, decidí que lo mejor era huir de todo.

Yo le miro atenta a lo que dice y luego bajo la mirada pensando en que responder.

—Mira João, esta situación es difícil para los dos. No creas que para mí esto es una fantasía. A mí me gustaría enamorarme, no casarme con alguien por un contrato.
Pero es mejor que dejemos esto pasar, tú haces tu vida y yo la mía. Y nadie se mete en la del otro.— le digo mientras me giro a coger las copas, pero otra vez me vuelve a detener.

—El problema es que yo sí quiero entrar en tu vida, y no me malinterpretes, solo en plan amistad, si vamos a tener que convivir justos toda la vida, al menos hacerlo conociéndonos, ¿no crees?.

Yo suspiro y le miro con una mueca pensativa.

—Está bien, al fin y al cabo, para soportarnos tendremos que conocernos— le digo y él sonríe.

(...)

—¡Me toca!— digo ilusionada. Me levanto de golpe del sillón y noto como Bea hecha una carcajada.

—Vale fiera, venga, te toca— dice ella y yo la fulmino con la mirada, luego nos acabamos riendo las dos.

Ya hemos acabado la cena y los padres de João ya se han ido. Con Carla ha estado todo muy bien, pero con Carlos.., se nota que no le he agradado.

Ya que hoy es noche buena, nos hemos sentado los cuatro en el salón para repartirnos los regalos que nos hemos hecho.
Bea ya le ha regalado a Koke, unos jerséis preciosos y un Rolex increíble, a Koke le ha encantado y yo me he quedado fascinada, intentando descifrar cuantos riñones tendría que quitarme, para comprarme ese reloj.

Bien, ahora me toca a mí darle mi regalo a João.

Camino hacia el árbol descalza, ya que me he quitado ese martirio de tacones, y me agacho para coger la bolsa grande que tiene su nombre.

Me levanto y camino hacia él nerviosa.
He pasado días pensando qué regalarle y espero que le guste, me ha ayudado su madre, espero que acierte.

Él coge la bolsa contento y me susurra un gracias.

Yo me vuelvo a sentar para ver su reacción. Bea la está grabando con el móvil sin que João se entere.

João empieza a abrir la bolsa y yo estoy por morderme las uñas de los nervios.
Espero que le guste, pero.., ¿y si no le gusta y se enfada?
Ay no por favor, me daría demasiada vergüenza la verdad.

Desde un inicio [João Félix]Where stories live. Discover now