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— ¡HEY! — Hablé entrando al granero. — Él es Aaron.
Todos alzaron sus armas preparados para atacar. Maggie continuó hablando por mi. — Lo conocimos afuera. Está solo.
Rick se acercó. — Le revisaremos la mochila y le quitaremos sus armas.
Marco y Daryl comenzaron a revisarlo, no llevaba nada que pudiera usar contra nosotros.
Aaron sonrió. — Es un placer conoceros. — Vive en un campamento por aquí cerca. — Comenté. — Quiere que vayamos a hacer una audición.
Dalia rio con sarcasmo. — ¿Acaso vamos a tener que bailar o algo así?
El hombre se encogió de hombros. — Ojalá hubiera otro nombre para describirlo, aunque los viernes hacen clases de baile.
— Era una pregunta retórica. — Me crucé de brazos.
— Tú debes ser Sabrina, ¿cierto? — Apreté mi mandíbula. ¿Cómo sabia mi nombre? — Adoro tu sarcasmo.
Chillé emocionada mientras daba pequeñas palmadas. — ¡Gracias! Al parecer es al único que le gusta. — Todos me miraron de forma seria.
Carraspeé incomoda. — Está bien, lo pillo, es mal momento.
Ruby se acercó a él. — ¿Así que tienes un campamento?
— No es un campamento en si, es una comunidad. Todos vosotros seríais útiles como miembros. Aunque no depende de mi. Mi deber es convenceros de que vengáis conmigo. Soy un amigo.
Abrí mi boca mientras asentía. — Así que tú eras el de las botellas.
— Así es.
Los demás se quedaron en silencio.
Él suspiró. — Lo sé, yo tampoco confiaría así de un extraño. — Se giró en mi dirección. — Sabrina, ¿puedes pasarle mi mochila a Rick?
