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NEGAN HABÍA CONDUCIDO con algunos Salvadores hasta Alexandria. Prácticamente vinieron a dejarnos a "casa", como si fuéramos unos niños de 5 años.
Negan tocó la puerta de la casa Grimes, y para mi sopresa, Mamá abrió la puerta y se quedó atónita al ver al líder de los Salvadores aquí. Entró a la casa como si fuera suya.
El de bate sonrió. – Vaya hija, que sopresa. No esperaba verte a ti.
— ¿Qué quieres?
— Saber dónde está Rick
Mamá comenzó a titubear. -Yo solo...
Negan la interrumpió. -No me importa. ¿Dónde está Rick?
— Salió a buscar provisiones para ti — Respondió sin rodeos.
— Genial. Esperaré.
— Se fue bastante lejos. Quiza no regrese hoy — Eso se podía malinterpretar como una excusa, pero no lo era. Rick y Aaron se fueron el día anterior, y quizás no volverían el día de hoy.
Miré a mamá, y en su mirada leí un "luego hablamos" teñido de rojo. Sabía que me iba a castigar sin ver a Carl hasta los cincuenta por escapar de Alexandria y volver con el enemigo alias su padre / mi abuelo.
La voz de la ojiazul me sacó de mis pensamientos. — Se nos está acabando todo.
Negan sonrió con burla. — Así que prácticamente no tenéis nada para mi. — Canturreó paseándose por el salón.
— ¿Qué quieres? — Cuestionó mamá sería.
El de chaqueta de cuero posó la mano en su pecho, fingiendo estar ofendido. — ¿Qué forma es esa de tratar a tu padre? He venido aquí para traer a tu hija a casa, ignorando el pequeño detalle de que se infiltró en uno de mis camiones y mató a tres de mis hombres junto a su novio. Deberías besarme la punta de los zapatos por dejarla viva.
La mano de mamá estampando contra la mejilla de Negan fue extremadamente satisfactoria.
