¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SUSPIRÉ antes de abrir la puerta del baño. — ¿Me queda lindo?
Rosita chilló acercándose a mi. — Estás estupenda.
Dalia, Ruby, Michonne y Maggie también se encontraban allí, pues habían insistido en ver que besitos me pondría, aunque Smith ya lo sabía, quería ver la reacción de las demás.
— Bien, ahora toca el peinado. — Murmuró Dalia sentándome en una silla.
Agarró dos lijas y recogió dos padres de mi cabello en pequeñas coletas, dejando lo restante suelto.
Solté un quejido cuando me jaló del pelo con el cepillo. — ¡Ten más cuidado!
— Lo siento. — Soltó una pequeña risita apenada.
Poco después, ya había terminado de peinarme, por lo que comenzó con el maquillaje.
Agarró una brocha y la pasó suavemente por mis mejillas. — No te pondré demasiado, aún eres una adolescente y no quiero cargarte.
— Que considerada.
Me dio con la brocha en la cabeza y yo reí.
Cuando acabó, me llevó hacia un espejo, mientras las demás se posicionaba tras nosotras con una sonrisa. Mi vestido tenía solo un tirante, me llegaba unos centímetros bajo de los muslos y su color era un morado magenta.
Maggie y Ruby se abrazaron con emoción. — Estas preciosa.
— Y tanto. — Sonrió Mich.
Toqué mi pelo con una sonrisa. — No está tan mal, ¿verdad?
— Venga, Dalia, tardas demasia-. — De repente, Daryl entró por la puerta y se quedó mirándome con el ceño fruncido.
— ¿No es muy corto?
Smith rodó los ojos abrazándolo por los hombros. — No seas amargado.
— ¿Amargado? ¡Tiene diez años, no pueden andar con esas cosas! — Exclamó alarmado.
— ¡Tengo dieciséis!
— ¡Es lo mismo!
Dalia y Rosita lo echaron de la habitación mientras Dixon se quejaba.
