𝐀𝐋𝐋 𝐃𝐄𝐀𝐃 - carl grimes

36. im still standing

— FUE extraño. — Murmuré acariciando la mano de mamá. — Pensé que me había atravesado el cerebro.

Reímos levemente con una sonrisa. Habían pasado seis días desde aquel incidente, desde la muerte de Ruby.

Isaac, Aria y yo habíamos acordado en enterrarla junto a Marco, para ellos dos que se encontraran allá donde fueran.

Mamá había salido de la enfermería hace unos días.  Y aunque estuviera mucho mejor, tendría que guardar reposo.

— Por suerte estaba yo detrás. — Bromeó.

Apoyé mi cabeza en su regazo, sintiendo sus caricias en mi cabello. — Lo siento mucho.

— No fue tu culpa, cielo.

— Cambiando tema. — Retomé mirándola con una sonrisa. — En unos días es tu cumpleaños, ¿qué te apetece hacer?

Se encogió de hombros aburrida. — Algo sencillo e íntimo, tal vez podríamos salir y hacer un picnic.

— Lo que tú quieras.

El sonido de la puerta abrirse hizo que volteara. Ambos Dixon se encontraban allí.

— Papá. — Murmuré acercándome a él.

Este me rodeó con sus brazos, besando mi cabeza. — Comeremos aquí hoy, puedes quedarte si quieres.

Negué separándome de él, para después, abrazar a Merle. — No os preocupéis, tengo que hacer una cosa antes.

— No tardes.

— ¡No lo haré!— Exclamé saliendo de la enfermería.

Papá se giró antes de que me fuera. — ¡Y cuida la herida de tu rostro!

Bajé las escaleras con rapidez. Me despedí de Isaac y caminé hacia el cementerio.

Desde que Marco murió, iba todos los días a visitarle, supongo que ahora se le sumaría Ruby.

Me arrodillé frente a sus tumbas y suspiré pesadamente.

— Ni siquiera sé cómo empezar. — Susurré jugando con mis dedos. — He estado pensando en aquello que me dijiste, Rubs.