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CERRÉ la última garrafa de gasolina y se la tendí a Glenn.
Me acerqué a Carl, quien se encontraba con su padre.
— ¿Estás seguro? — Preguntó esté mirando a Rick.
El mayor de lo Grimes me tendió a Judith, a la cual acogí en mis brazos cuidadosamente. — No, pero si dice la verdad, podría ser el comienzo de todo.
— Iba a contarte anoche lo de Michonne, pero se dio así. Aunque supongo que estamos en paz, tampoco me habías dicho que estabais juntos.
Noté mis mejillas arder, por lo que escondí mi rostro en el cuello de mi novio. — No te preocupes, papá. No te mencioné nada sobre nosotros porque de hecho, nadie lo sabía.
— Me alegro por vosotros, de verdad. — Mencionó Rick dándome unas palmaditas en la espalda.
Me separé de Carl con una sonrisa. — Gracias, suegro.
Escuché la risa de los Grimes a causa de mi comentario.
— Agarrad vuestras cosas, nos vamos en unos minutos. — Explicó el ojiazul.
Mecí a la pequeña en mis brazos sintiendo como tocaba mi rostro con sus pequeñas maneras. — Daryl las guardó por mi.
— Gabriel se quedará con Judith mientras no estamos.
Carl negó. — Yo no iré.
Fruncí el ceño volteándome. — ¿Qué? ¿Por qué?
— Alguien debe quedarse a proteger esto. Además, un niño con la cara estropeada no va a causar la mejor buena impresión.
Dejé a Juds en los brazos de su padre y me acerqué a él. Agarré su rostro entre mis manos mirándolo tristemente.
— Eres suficiente. Con o sin el parche. — Murmuré dejando un casto beso en sus labios.
— Te quiero. — Susurró sobre estos.
Hice un puchero rodeando su cuello con mis brazos. — ¿Estás seguro de que no quieres que me quede? Puedo estar aquí contigo, cuidar a Judith y a Liam juntos y-.
