Capítulo 9- ¡Jason basta!

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9.

Moon

Me despido de la encargada después de mi turno y me dirijo a la puerta trasera. Hoy mi turno ha sido bastante tranquilo, ya es pasada la medianoche.

Abro la puerta y el aire frío da de golpe en mi cara y piernas, salgo y me dirijo a la calle principal. Alguien me arrincona contra la pared, con la mejilla contra los ladrillos fríos. No me hace falta girarme para saber quien es, ese olor a alcohol y perfume barato del supermercado es el aroma de mi ex Jason.

–Pequeña zorra, ¿me vas a dejar ya verla? – gruñe en mi nuca subiendo su mano por mi muslo introduciéndola por debajo de la falda. Nunca había hecho esto en la calle, debe ir cada vez peor.

–Jason suéltame, no la puedes ver. Mira como vas, apestas a alcohol – me da la vuelta y me vuelve a estampar en la pared– ¡Jason basta!

Él mete su mano en mi falda intentando bajar mis bragas, mis manos están encima de mi cabeza inmovilizadas con su mano envuelta en mis muñecas. Su cara se acerca a la mía con intenciones de besarme y le doy un cabezazo, se tambalea hacia atrás y suelta mis manos, pero antes de que pueda salir corriendo su puño aterriza en mi boca, mi nuca va directa a la pared. De inmediato un zumbido cubre mis oídos y caigo al suelo, él me da una patada y se agacha inmovilizando las manos, colocándose entre mis piernas.

No dejo de pedir ayuda hasta que veo a un policía que lo coge de la chaqueta y lo tira lejos de mi. Retrocedo apoyándome en la pared con las rodillas en el pecho. El policía pone unas esposas a Jason y dice algo por su radio, ni siquiera presto atención a lo que dice. Veo como levanta a Jason y le da un puñetazo en la nariz, de esta empieza a salir sangre, lo tira al suelo y le da dos patadas en el estómago hasta que las luces de un coche de policía ilumina la calle y levanta de nuevo a Jason entregándoselo a dos hombres.

Un policía se aproxima a mi y yo retrocedo más pegándome todo lo que puedo a la pared, clavándome los ladrillos en la espalda, se que estoy gritando y llorando, no quiero que me toquen.

Él policía que me ha salvado se acerca y se agacha enfrente mío, sus ojos miran fijos los mio, bajan un momento a mis labios y hace una mueca de dolor antes de tenderme la mano. No sé por qué pero me abalanzo sobre él abrazándolo con demasiada fuerza.

–Ya está pequeña, ya está. Estoy aquí ¿vale? – se levanta colocando una mano debajo de mis rodillas y otra en mi espalda, yo rodeo su cuello con mis brazos, escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello, llorando y apretando fuerte los brazos a su alrededor. No quiero que me suelte. – Nena te tengo que dejar en el asiento del coche, te dejaré sola un segundo para subirme, necesito que te sueltes. – obedezco aun sollozando.

Me dejó en el asiento, pero antes de cerrar se arrodilló a mi lado mirándome de arriba abajo.

–Nena ¿qué te duele? ¿dónde te ha golpeado? – hace una pausa cogiendo mi mano– ya se que no ha llegado a violarte, pero he visto que te daba una patada. Y por protocolo debería llamar a una ambulancia si estás herida...– niego con la cabeza frenéticamente, él me abraza otra vez antes de dar la vuelta al coche y subirse detrás del volante.

Durante el camino a comisaría su mano no ha abandonado las mías ni un momento, las apretaba con fuerza y hacía círculos con su pulgar.

Ahora estamos caminando por la comisaría. Él se para delante de una puerta y la abre, coge mi mano y entra conmigo detrás.

–Son los vestuarios, necesito coger el botiquín para curarte el labio. – me sienta en un banco situado en el centro rodeado de taquillas. Coge un caja y se arrodilla delante mío– voy a tocarte la cara para curarte el labio ¿vale? – yo asiento, ya no lloro pero siento que todo esto es un sueño, más bien una pesadilla.

Él coge mi mentón y pasa suavemente algo húmedo por mi labio interior, frunzo el ceño y cierro los ojos con fuerza debido al escozor, se da cuenta y empieza a doblar sobre mi boca.

–No necesitarás puntos, pero tendrás la boca un poco hinchada durante algunos días.

–¿Cómo te llamas? – pregunto mientras se aleja colocando el botiquín de nuevo en su lugar.

–Meison ¿y tu nena? – Una extraña sensación recorre mi pecho cuando me llama nena, debe ser por el trauma.

–Moon ¿me puedo ir ya a casa? –Meison se gira de golpe y parece enfadado.

–¿Cómo vas a ir? ¿no vas a llamar a tu novio para que venga a por ti?

–Voy a coger el autobús, creo. No se muy bien donde estamos. Y no, no tengo a quien llamar, pero mi hija está en casa de su niñero y tengo que ir a buscarla, ya es muy tarde– he llamado niñero al profesor Will, seguro que se enorgullece de que sus años de carrera le hayan otorgado el título de niñero. Meison me vuelve a mirar enfadado y asiente levemente.

–Sí te puedes ir, pero te llevaré a recoger a tu hija y luego os acompañaré a casa– voy a protestar pero continúa– a esta hora ya no hay más autobuses y no es apropiado que después de lo que has pasado esta noche deje que vallas sola caminando.

Asiento, porque solo quiero llegar a casa y tumbarme a llorar.

Meison coge una mochila de una de las taquillas, entrelaza mi mano con la suya y salimos por el mismo sitio que habíamos entrado. Se para en el mostrador de la entrada, entrega las llaves del coche patrulla y firma unos papeles. Vuelve a entrelazar nuestras manos y salimos del edificio hacia el parking. Saca de su bolsillo las llaves de un coche y nos subimos dentro.

–Bien, escribe la dirección en mi teléfono. – le hago caso y se lo devuelvo, su cara pasa de amigable a confundido en cuestión de segundos.

–Esta es la dirección de mi casa ¿por qué está tu hija allí?

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Hola holaa!!!

Contarme que os parece 💬 ⭐️

Odiamos a Jason, espero que no vuelva a parecer nunca.

Pero Meison, por dios😍

Y ahora Moon si que a tenido el peor día de su vida...

Bueno, feliz noche vieja y feliz año nuevo. Nos vemos el lunes...

Besosss <3

MoonWhere stories live. Discover now