XVI. Stand by me, please

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—¿Cómo está?

¿Y había qué decir?

Taehyung abrió la puerta hasta dejar a Seokjin ingresar por completo y el corazón dolió al ver a Jungkook acostado, durmiendo después de llorar por horas. Y aunque la influencia del alfa lo calmó relativamente, no fue suficiente.

—Es lo mismo de siempre —el enfermero dijo en un susurro.

—Jimin ya me comentó como es la situación con su hermano, es un mentiroso de mierda —le susurró de vuelta, cerrando la puerta y se giró en cuanto oyó el chasquido de dientes de Seokjin.

—Y más, Taehyung.

El alfa no respondió.

Priorizó mantener la distancia con la cama en la que el omega mayor se sentó al borde, sus dedos tocando con cariño la frente del chico. Le quitó unos mechones de cabello de su frente y Jungkook reaccionó, parpadeando apenas la imagen del enfermero acaparó su campo visual.

—No vino, hyung —dijo con la voz ronca, adormilado. Seokjin apoyó la mano en su cabeza, solo dejándola ahí sin ejercer nada.

—No vale la pena —este dijo despacio— Mira, nos tienes a nosotros. A pesar de que alguien comparta la misma sangre que uno, no siempre será considerado familia. Hojoon ya no es tu familia, Jungkook, y tal vez suene mal de mi parte, pero es la verdad.

Pero no sonó mal, al contrario, era sincero. De alguna forma no se podía tapar el sol con un dedo y aunque Jungkook lo sabía, seguía doliendo el saber que el único familiar que tenía también lo ha dejado.

Sus ojos fueron del enfermero hacia el alfa que en sus manos cargaba un portaterno. Era viernes, las clases comenzaban en menos de una hora y Taehyung estaba contra el tiempo.

Vio al alfa encerrarse en el baño y escuchó el agua de la ducha caer contra las baldosas.

Demasiada confianza a decir.

Minutos más tarde, Taehyung salió con un traje crema, la chaqueta dejando ver las pinzas moldeadas a su cintura y las mangas yacían remangadas hasta los codos.

Seokjin chasqueó los dedos frente a sus ojos.

—Se te cae la baba —éste le susurró y Jungkook arrugó el cejo, sus mejillas pintadas de rosa.

Mas las miradas cómplices se disolvieron cuando el alfa se acercó, sus largos dedos manipulando la corbata que fue presa por los dedos de Seokjin cuando se rindió con el nudo mal hecho.

Y Jungkook mentiría si dijera que no se sintió celoso. Pues sus ojos se mantuvieron fijos en las manos del omega que pasaba de un lado a otro la tela hasta formar un nudo perfecto, dejando al alfa segundos después para tomar el saco de terno y el grueso abrigo y calzarlos.

—Vendré lo más pronto posible. Me escribes durante el receso, ¿vale? —comentó tras acercarse y Jungkook asintió poquito, estirándose en cuanto el alfa se inclinó y plantó un casto beso en sus labios, el famoso "piquito" como solían ver a las parejas dárselos.

—Ni un minuto más —le advirtió con la voz pequeña y Taehyung restregó la nariz en su mejilla, por puro instinto, lo suficiente para demostrar que lo tenía consigo— Ten un buen día.

—Lo tendré, gracias.

Cabe decir que Kim Seokjin fue completamente ignorado.

El enfermero vio como el alfa envolvió una bufanda alrededor de su cuello y abrió la puerta. Se puso en pie en cuanto las bisagras chillaron, a lo que Taehyung paró apenas percibió la esencia ajena.

SOMEONE I CAN LOVE | KTH&JJKWhere stories live. Discover now