XL. Kim Banghyul

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Una pequeña parte de él pedía acudir a esa corazonada.

No debía, ni podía.

Someterse a ella solo hará todo un desastre.

Se detuvo a nada de llegar a la puerta del salón en dónde el alfa considerado suyo se encontraba en su interior.

Oía su voz, oía el trabajo que alguna vez fue célebre y Jungkook aspiró en un suspiro, extrañando aquella época en dónde Taehyung solo era su profesor de leyes básicas.

El destino es una cajita de sorpresa.

—¡Hey, Jeon!

Y regresó al rostro de esa omega, su largo y castaño cabello cayendo por su pecho de una manera bonita.

—Perdón, ¿decían?

—Decíamos que debemos redactar una demanda para mañana —y ese fue un alfa, a la par de un omega—. Te vas a encargar de corregir la redacción, las faltas ortográficas e imprimirlo. ¿Te parece bien?

Pero no respondió. Sus ojos volvieron a la puerta de ese salón más allá de donde estaba, a unos dos o tres metros de ese descanso estudiantil con mesas y sillas. ¿Por qué de todos los lugares tuvieron que elegir este?

—Sí, me parece bien —afirmó simplemente, sin mirarlos y los otros alzaron una ceja, para después recaer en el mismo lugar del otro, aquella puerta abierta que despedía bulla desde el interior.

—¿Qué tanto miras el salón del profesor Kim? —aquel alfa de nombre Jinwoo preguntó tras regresar a su rostro, y quien recibió empujón por el omega a su par.

—¿Cómo que tanto mira? ¡Es el profesor Kim! El docente más guapo de todos. Un alfa y mejor abogado de la fiscalía principal de Seúl —aquel omega le refutó en un chillido, suspirando esporádicamente antes de recostarse en el hombro del alfa—. Si tan solo no estuviese enlazado y no tuviera una hija, quizás todos los omegas tendríamos una oportunidad.

Jungkook en serió, mirando a los otros de reojo.

—¿Qué? ¿En serio está casado?

—Nah, solo enlazado —el omega acotó la pregunta del alfa—. Él me enseña Derecho Penal y en una de esas charlas nos contó sobre su omega, y la verdad que habla muy lindo de él, se súper nota lo enamorado. También quiero un alfa así en mi vida.

—Wao, qué suerte —la omega intervino, apoyando su mentón en la palma de su mano, el codo sobre la mesa—. Y tiene una hija, una bebé según sé. Creo que la trajo.

El omega se puso en pie, tomando repentinamente la mano de la chica y dejando a Jinwoo junto a Jungkook en la mesa.

—Vamos a ver —exclamó y la omega abrió la boca, siendo jaloneada hasta abandonar su asiento.

—No seas imprudente, sigue en clase.

—Pero hay una bebé. ¿Hace cuánto no vemos una? La tasa de natalidad es tan baja que son pocos los bebés que se ven hoy —tiró con fuerza de su brazo—. ¡Vamos!

Y la chica puso resistencia, no permitiéndose ir cuando tenía sus materiales y mochila en la mesa, Jungkook y Jinwoo a la par del otro allí.

—Vamos, chicos —les pidió y el alfa se puso en pie enseguida, mas se desconcertó al ver a Jungkook allí, sin intención de moverse, solo observando a dónde iba y esperando a que lo dejaran—. ¿No vienes, Jungkook?

Lo que faltaba.

Apretó sus labios en una restricción de hablar, pensando en una excusa, lo que sea para no ir porque no sería capaz de resistirse a ese instinto de ir por Uju; sobre todo cuando ella ya sabe hablar.

SOMEONE I CAN LOVE | KTH&JJKWhere stories live. Discover now