XXXVIII. Special day

1.1K 150 22
                                    

Un suspiro prolongado se extendió por la terraza cuando paró en la entrada.

—Hola, papá Gyu.

Y el viejo alfa ladeó la cabeza hacia su dirección, sonriendo de labios, sus ojos cansados con arrugas en las esquinas siendo la imagen que Seokjin después de años reconocía.

—Es bueno volver a verte, Seokjin. ¿Cómo te encuentras? —le preguntó apacible, viéndole tomar asiento lentamente a su par de ese columpio—. Estoy...tan feliz de ver tu estado, cuídate mucho.

—Estoy muy bien. Mi bebé también está muy bien. Nacerá pronto.

—Me alegro mucho.

Seokjin le miró de reojo un par de segundos antes de regresar la vista enfrente, suspirando por la presión del vientre contra sus costillas.

—¿Cómo estás? Papá Dak dijo que tu salud ha mejorado. Estás en reposo según él.

—El trabajo es duro cómo sabrás —el viejo le recalcó, recordándole su profesión. Seokjin apretó sus pomposos labios, recibiendo la mirada del alfa en su redondo vientre—. Espero que tu alfa se esté haciendo cargo de ti y de mi nieto.

Seokjin sonrió bonito, su mano recayendo en su barriga para palpar la cabecita de ese cachorrito golpeándole la costilla derecha.

—Namjoon es un buen alfa, lo amo mucho y estamos muy felices por el bebé. Lo hemos planeado por años, no necesitamos nada más. Es...todo lo que una vez anhelé.

—Dakho y yo teníamos otros planes para ti.

—Papá-

—Pero si eres feliz y vives bien, es lo que importa.

Sus ojos se aguaron, quizás eran las hormonas por el embarazo, pero aquellas rocas que cargó desde la salida de Seúl se desvanecieron, aunque sea un poquito. Después de años alejados y de haber sido dejado de lado por las personas que más debieron amarlo, ahora es nuevamente querido, mas no aceptó del todo.

—Podré haberlos perdonado —dijo sin regresar la mirada y la expresión del viejo cambió—. Pero lo que me hicieron, jamás lo olvidaré.

Le iba a reclamar, pero se puso en pie enseguida. Oyó los pasos de su padre tras suyo cuando abandonó la terraza, bajando las escaleras con una mano aferrada a la baranda y al llegar a la primera planta, sus pequeños ojos buscaron a Namjoon a su alrededor, el ambiente de la sala con tensión de sobremanera.

—Gracias por recibirnos, pero debemos retirarnos.

—¿Por qué? Han llegando recién, ¿tan pronto se irán? —el viejo omega reclamó tras colocarse de pie, Namjoon yendo a su encuentro con dirección a la puerta de salida—. ¡Seokjin!

—Todo está bien —dibujó una sonrisa apagada, inhalando por la boca un par de veces antes de recaer en el joven alfa a la par del otro—. Aún tienen a su hijo favorito y sobre todo a un alfa al que le dieron todo y aún a sus treinta y cinco vive a costa de ustedes.

—¡Seokjin!

—Adiós.

La puerta se cerró luego que Namjoon saliera tras él, ambos dirigiéndose con tantita tensión hacia el auto.

Tal vez fue a un par de cuadras lejos del vecindario cuando el alfa le oyó un quejido pequeñito, teniendo que estacionar de inmediato y el omega parpadeó confundido, la expresión ajena siendo de sobremanera.

—Está pateando, no te preocupes.

—Seokjin...

—En serio, Nam, solo está inquieto —reiteró, soltando un suspiro prolongado por la nariz—. Debí pensarlo dos veces antes de venir. Pensé que habían cambiado, pero son la misma lacra. Mi padre dijo que estaba feliz por nosotros, lo he perdonado, pero no olvidaré lo que me hizo. ¿Crees...que lo que hice estuvo bien?

SOMEONE I CAN LOVE | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora