Capítulo 11

734 37 5
                                    

2 DE FEBRERO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

HONG KONG

-Debo hacer algunas comprar para Normani. Me lo ha pedido.

Giré los ojos mientras me estiraba sobre la cama. Miré el reloj, marcaban las nueve de la mañana y había dormido poco gracias a ver toda la saga de Los Avengers junto a la desquiciada.

-¿No pudiste hacerlo más tarde?

-Lauren, por amor a Dios. Son las nueve. Muévete, solo necesito que no se sienta sola.

-No se sentirá sola en una habitación tan grande como esa, Dinah. Déjala.

-Te quiero aquí en diez minutos.

Colgó. Que mandona.

Me puse de pies, me puse ropa y baje a su piso. No encontraba la necesidad de tener que cuidar a una niña de diesciete años. Seguro se cuidaba mejor que yo.

-¡Muy bien, haz llegado!

Dinah me recibió como si no me hubiera regañado hace menos de quince minutos. Manipuladora.

-Está dormida aún. Por favor, no la espantes, ¿sí?

-¿Cuándo hago eso?

Murmuré dejándome caer sobre el sofá de cuerpo completo. Ella dijo algunas cosas más, pero para ese entonces ya estaba dormida. No sé en que momento salió o cerró la puerta.

Me desperté al sentir un olor extraño. Abrí mis ojos y noté que la habitación estaba con una capa ligera de humo. Me senté con rapidez y miré hacia la cocina, de allí provenía la nube negra. Caminé hasta allá y me topé con la desquiciada intentando sacar el humo por la ventana.

-Cada vez me confirmas más que si eres una desquiciada.

-Cállate y ayúdame.

Reí por lo bajo antes de ayudarla a apagar todo y que la habitación quedara como si nada hubiera pasado. Me senté en la barra viendo como ponía todo en el fregador.

-¿Qué intentabas hacer?

-Un pastel para Dinah.

Elevé una ceja.

-¿Solo para ella?

Asintió. Volvió a sacar más cosas y parecía que empezaría desde cero. ¿Quemaría todo nuevamente?

-Solo... Siéntate, yo lo haré.

Me puse manos a la obra mientras ella estaba en la barra. Un pastel horneado era para principiantes.

-¿Cómo sabes cocinar?

Sonreí mientras ponía a batir todo. Pensé que no querría hablar conmigo.

-Debo ser un combo completo. Sé de todo lo necesario.

-¿De todo?

Asentí. Me giré para calentar el horno y así poner el pastel crudo en una temperatura predeterminada.

-¿Qué es lo que menos sabes hacer?

Me volví a girar para seguir batiendo la masa. Pensé en su pregunta y busqué la respuesta más acertada.

-Hacer nuevos amigos.

-Eso lo puedo comprobar por mí misma.

Su comentario me hizo gracia, sonreí. La masa ya estaba, por lo cual procedí a poner todo dentro de un bol. Lo hice con cuidado y todo quedó muy bien puesto en su lugar.

MonógamaOn viuen les histories. Descobreix ara