Capítulo 13

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7 DE FEBRERO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

SIN UBICACIÓN FIJA

Íbamos en el Jet privado de los Jauregui's con dirección a Argentina.

Dinah estaba a algunos puesto más adelante, mientras yo iba un poco alejada del resto. La desquiciada iba al lado de mi compañía.

Todavía en mi mente rondaba sus palabras.

"... para el resto de mi vida".

¿Ser monógama? ¿Estaba loca? ¿Sabía lo que eso acarreaba? Tenerme como su esposa no sería divertido. Tal vez durante los primeros años sí, pero después no.

Golpe mi rostro con ambas manos, ¿qué debía hacer? Mis informantes estaban dentro, pero tardarían mucho en ganarse un buen lugar dentro del bajo mundo. Con la desquiciada todo sería más fácil.

En mis audífonos escuchaba Eminem y no me iluminaba en nada. Me estaba cansado. De un solo movimiento quite ambos Airpods de mis oídos. Me puse de pies y caminé en dirección a la desquiciada.

Por favor, que este tomando la decisión correcta. Durante toda la noche no pude cerrar los ojos, sopesando ambas alternativas que tenía. Cada una tenía sus contras, pero el lado de la desquiciada se inclinaba más con certeza.

Cuando me planté frente a su cabina, ambas me miraron. Parecía que estaban mirando algo en la nueva IPad de Camila. La miré fijamente antes de hablar.

-Ponte de pies y ven conmigo.

Sin más di media vuelta y caminé hacia las habitaciones privadas del Jet. Pude verla seguirme y pronto pasó por mi lado para introducirse, yo cerré la puerta y me apoye en ella.

-He tomado una decisión.

La vi sonreír y asentir, se cruzó de brazos mientras esperaba que continuará.

-Espero no intentes nada en mi contra mientras...

-Sabía que aceptarías, sabia decisión.

-No me haz dejado terminar.

Recriminé, ella se encogió de hombros antes de acercarse a mi cuerpo.

-No es necesario, lo hago de buena manera. No veo por qué intentar traicionarte, por ahora.

-¿Por ahora?

-Tal vez, cuando te conozca más pueda cambiar de idea.

-¿Y así haz pensado pasar tu vida entera conmigo?

-¿Todavía recuerdas eso? Me haces querer abrazarte...

-¡No me abraces! Odio los abrazos.

Extendí mis manos intentando detenerla cuando abrió sus brazos hacia mí. Tenía una sonrisa grande en sus labios por burlarse de mí. Dio lucha hasta conseguirlo mientras me acorralaba contra la puerta.

-Viste, no es tan malo.

Seguía abrazada a mí, sus brazos alrededor de mi torso mientras yo seguía inmóvil. Protesté por lo bajo. ¿En qué me había metido?

Cuando ambas nos miramos, desvíe mi mirada a sus labios. Tal vez, solo tal vez quiera volver a sentir sus labios sobre los míos. Ella lo notó y fue la segunda vez cuando tomó la iniciativa y me besó. Ni siquiera intenté tocarla, ella fue la que llevó el control absolutamente.

Caminé ligeramente llevándola conmigo hasta la cama, caímos sobre ella y fue en ese momento cuando toque sus caderas. Me senté sobre mis piernas alrededor de su torso y alejé nuestras bocas. Ella respiraba agitadamente. Estaba arqueada sobre ella, pero no me importaba estar incómoda. Tenía una nueva meta por cumplir.

MonógamaWhere stories live. Discover now