Conclusión

548 40 2
                                    

ORDEN MUNDIAL

MIAMI, ESTADOS UNIDOS

-Dinah me ha mantenido informado de todo, Lauren.

Asentí, sabiendo que mi compañía informaba todo lo que pasaba al líder mundial.

-Te he apoyado en todo, pero debes estar consciente que con Alejandro Cabello no se juega.

-Solo terminaré lo que tú querías empezar. De paso, tengo a Camila libre de toda su familia.

-Creo, más bien, que haz enumerado tus objetivos de manera equivocada.

-El orden de los factores no afectan el producto. Solo quiero acabar con Alejandro.

Su mirada fija estaba puesta sobre mí. No me intimidaba, pero me ponía algo tensa. Debía pensar bien cada palabra que salía de mis labios cada vez que hablaba con él acerca del futuro de la Orden Mundial.

-Para lograr eso debes armar una guerra. ¿Estás dispuesta a todo esto por amor?

Miré por la ventana y sopesé las alternativas. No existían muchas, pero eran totalmente radicales.

-Si tengo tu apoyo, sí.

Sonrío y se sentó sobre el escritorio.

-Siempre quise una guerra justificada.

Reí.

-Esperemos a que den el primer golpe, ellos son quiénes necesitan algo nuestro. Me mantendré en contacto con Dinah.

-Gracias, padre.

No podía estar más agradecido con él. Últimamente se estaba portando totalmente diferente. Parecía un hombre renovado.

-Que estemos tomando las decisiones correctas, hija.

Suspiré y asentí.

Salí de la oficina después de hablar durante un momento más.

Dinah me esperaba fuera de la oficina jugando con su anillo de compromiso. Había creado una mala costumbre de hacerlo cuando estaba nerviosa o aburrida.

-¿Qué te abate, Jane?

Ella me miró y se puso de pies.

-Necesito un favor.

-Después que no sea encontrarte un reemplazo.

-No, eso no es.

Sonreí. Empezamos a caminar con rumbo a la salida. Ella me seguía de manera nerviosa y pensante.

-¿Entonces?

-Bueno, falta poco para mi boda y quería pedirte unos días libre de más.

-¿Cuántos específicamente?

Torció sus labios. Una risita nerviosa se hizo notar.

-Dos semanas.

Detuve mis pasos y la miré como si le hubiera salido dos cabezas.

-Dinah...

-Lo sé, lo sé, pero en serio quiero pasar ese momento con Normani. Te prometo que estaré al tanto de lo que pase acá y si algo de suma urgencia ocurre estaré presente.

Suspiré y seguí caminando con ella detrás.

-Bien, solo porque es tu boda, pero no te acostumbres.

En un impulso de su alegría me abrazo por detrás casi haciendo que ambas cayeramos. Me quejé al sentir todo su peso sobre mi espalda.

-Mierda, pensé que me lo negarías. No sabes cuánto te lo agradezco, Lau.

Sonreí y me separé de ella.

MonógamaWhere stories live. Discover now