Capítulo 16

708 45 5
                                    

8 DE FEBRERO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

BUENOS AIRES, ARGENTINA

Uh, que mierda de malestar.

Me removí sobre la cama buscando un poco de la sábana, hacía frío y pensaba dormir un poco más.

-Debes despertar, Jauregui.

Abrí los ojos y me topé con una vista excepcional y de total admiración. Camila estaba frente a mí, mirándome con una sonrisa encantadora.

Intenté sonreír, pero no me sentía totalmente dispuesta ni siquiera para hacer ese gesto tan mundano.

-Dinah ha estado como una desquiciada durante toda la mañana.

Su voz me llegaba como un susurro. Un susurro muy excitante a decir verdad. Logré sonreír. Me volví a remover y fue en ese momento cuando sentí el contacto de la sábana con mi piel desnuda.

-¿Qué... Carajo?

Miré bajo la tela y pude ver mi piel expuesta. Avergonzada miré a Camila quien no quitaba la mirada de mi rostro.

-¿Tú...?

-Fue Dinah cuando llegamos. No tenía a quién más recurrir y tú habías quedado totalmente muerta.

Suspiré suavemente. Puse la tela hasta mi cuello y solo saqué mis manos para extenderlas y bajar la sábana de Camila.

-¿Tú te cubres, pero me intentas descubrir a mí?

Sonreí y negué.

-Solo quiero ver de quién es esa camisa que cargas.

-Vendían muchas en el centro comercial, me fue imposible no comprarme una.

-Si pasaras una noche conmigo, Camz, no deberías comprarte más camisas...

-¡Lauren Jauregui! Levanta ese culo de la cama y apresúrate que tu padre nos está esperando desde hace una hora en la reunión.

¡Mierda y más mierda!

Me senté sobre la cama sin soltar la sábana. La escuché reír detrás de mí y la miré.

-Ya te he visto desnuda, Jauregui. ¿De qué podrías avergonzarte?

-Más bien es qué tú podrías asustarte.

Entré al cuarto de baño sin mostrarme, suspiré y dejé caer la sábana. Había sido una tortura, tenía una erección dolorosa y gracias a haber despertado con Camila a mi lado.

Hice mi rutina lo más rápido que pude. Salí con el atuendo del día puesto, gracias a Dinah que lo había dejado preparado. Me topé con ella en la sala jugando con el control del auto, sonreí culpable.

-Comerás cuando salgamos.

Salió del piso con rapidez, estaba muy enojada. Camila salía de la cocina con una taza de café para ella misma. Sonreí un poco.

-Nos vemos en unas horas, ¿sí? No hagas nada de lo que podrías arrepentirte.

Salí del piso y cerré la puerta detrás de mí. Corrí hasta alcanzar a Dinah y después ambas subimos al auto, el cual era de ella.

Miraba por la ventana mientras Dinah manejaba a una velocidad alta. Sentí mi celular vibrar con un mensaje, para entretenerme lo revisé y noté que era Normani.

MANI

¿Qué le haz hecho a Dinah? No responde mis mensajes.

MonógamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora