Capítulo 4 ✔️

74.1K 3.4K 84
                                    

POV KIARA WALTON

Estaba molesta con mi padre, molesta no, furiosa, no sabía a qué jugaba exactamente, pero al parecer yo era su ficha sobre el tablero, la cual movía a su antojo; se supone que su títere era Kate no yo.

—Kiara— llamó mi hermana al verme cruzar por el lado de ella, me largaría.
—Me voy Kate— le informé tomando mi bolso.
—No puedes irte, aún no termina el evento— respondió ella.
—Ya terminó para mí— concluí.

Me dirigí al parqueo en busca de mi auto, no tenía por qué quedarme a soportar todo esto.


***



Llegué a casa encerrándome en mi habitación, tiré mi bolso sobre la cama, deseaba tomar una ducha para borrar las huellas de los dedos de Owen sobre mí y tratar de olvidar cada palabra dicha por el maldito de Bastián Davis, así que me duché y me puse un pijama. Me entretuve en mi escritorio adelantando parte del proyecto final que presentaría ante la facultad, cuando Kate entró a mi habitación, seguida por mi madre.

—¡Ahora mismo me vas a explicar que fue lo que hiciste, mocosa de mierda! — rugió Kate.

Continúe en mi computador ignorándola, no tenía por qué darle explicación, no porque no merezca una, sino porque no tenía una para darle. Kate caminó a mi escritorio golpeándolo con fuerza, levanté mi mirada a ella.

—Si quieres golpear algo, puedes ir a tu habitación a hacerlo— expuse tranquila.

—Kiara— susurró mamá.

—¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? ¡Acabas de arruinar un matrimonio de millones de dólares! — escupió mirándome histérica.

—La histeria se cura con orgasmos, Kate ¿Es que no usas vibrador? — canturreé riendo.

—Te crees muy graciosa— espetó volviendo a golpear mi mesa.

—¿Eso es un matrimonio para ti? ¿Unos millones de dólares?

—No sabes nada del deber y los sacrificios, solo eres una niña que nunca le ha faltado nada, a ti nunca te exigieron nada, nadie espera nada de ti, ¡sobre ti no está la carga y la responsabilidad de administrar nuestra fortuna!, yo me he preparado mi vida entera para esto.

Me puse en pie algo incómoda por su cercanía, conocía a Kate, tenía un carácter explosivo y que le haya arruinado sus planes, solo empeoraba la situación.

—Yo no pedí esto y lo sabes, habla con papá, habla con el imbécil de Bastián Davis, habla con quien debas hablar, pero busca la forma de casarte tú con él, no me importa nada de esto— dije siendo sincera.

—Yo no he hecho nada, así que nada debo hacer para remediar tu situación ¿¡Dime qué fue lo que hiciste para que ese maldito cambiara de opinión!? — vociferó.

—¡Yo no hice nada! — grité cabreada.

Kate caminó a mi cama tomando el vestido que use esta noche en la gala.

—¿No has hecho nada? Nunca haces nada Kiara, mi padre y yo hemos pasado nuestra vida limpiando tus desastres ¡Compórtate como una adulta por una buena vez! — exclamó Kate.

—¡Kate, ya basta! — gritó mi madre.

—Cállate mamá— rabió mi hermana.

—Yo no hice nada, Kate, habla con mi padre, él fue quien hizo todo esto— expliqué tratando de apaciguar las cosas.

—Llegas con tu ridículo vestido a la cena benéfica de los Walton vestida como una puta, bailas con Will delante de cientos de familias importantes llamando la atención de todos, porque eso es lo único que sabes hacer, ser el centro de atención. Pero sabes que, Kiara, espero que Bastián sepa joderte la vida— ladró tirando mi vestido a mis pies.

<<Demonios, esto era un completo desastre>>

—El señor Davis me dijo lo que hiciste esta mañana— expresó mi padre desde el umbral de la puerta, ni siquiera sé en qué momento llegó.

—¿Puedo explicarlo? — le aseguré a mi padre.

—Rayaste su auto con una tijera por un insignificante parqueo de bicis y luego le mostraste tu magnífico dedo delante de todos en la universidad ¿Acaso sabes cuánto vale ese maldito auto? ¿Sabes quién es Bastián Davis, Kiara? — recriminó Rob.

<<Perfecto, Bastián Davis, aparte de imbécil también era un bocazas.

—Papá yo...— tartamudeé. Kate masajeó su frente compasándose por mi habitación.

Rob terminó de entrar plantándose en frente de mí.

—Will y tú son mi mayor vergüenza— expresó, por un momento quise llorar, pero yo no era de las que lloraba por simples palabrerías.

—Estamos a mano entonces, tú eres nuestra mayor vergüenza como padre— escupí.

Mi padre levantó su mano pegándome, mandándome al suelo, podía sentir como mi mejilla ardía.

—¡Rob, no! — gritó mi madre corriendo a ayudarme, sin embargo, él la tomó del brazo impidiéndoselo.

Mi padre se colocó de cuclillas sosteniendo mi rostro, me quejé del dolor producto del golpe, esto me dejaría un moretón de por días.

—Escúchame bien Kiara, te casarás con Bastián, no vas a arruinar mis planes. No quieres ver a tu padre enojado, ¿cierto?, porque sabes qué sucede cuando me enojo— amenazó Rob soltando con mi cara con brusquedad.

Volvió a ponerse en pie abandonando la habitación.

—¿Estás bien, cariño? — se preocupó Hilda acercándose.

—Sal de mi habitación, mamá— pedí. No quería verla, ni a ella, ni a nadie.

—Kiara... —¡Que salgas de mi habitación! — le grité, conteniéndome para no llorar.

Mi madre se puso en pie mirándome con sus ojos llorosos, a veces la detestaba, parte de todo esto era su culpa.

—Tú también Kate, lárgate— escupí.

—No eres tan fuerte después de todo— manifestó.

—Si no sales juro que la próxima bofetada te la daré yo a ti— amenacé.

Kate suspiró sonoramente, se dio vuelta saliendo de mi habitación, mi madre tomó la manija cerrando la puerta mientras yo seguía en el suelo. Poco a poco fui dejando caer mi cuerpo contra el piso en la misma posición que me encontraba.

Algo dentro de mí se desgarraba y se sentía fatal. Odiaba a mi familia, odiaba ser una Walton, odiaba que Rob Walton fuera mi padre, me odiaba a mí por permitir cada una de sus estupideces. Mentiría si dijese que no deseaba llorar, no conocía a Bastián Davis, pero sabía que estaba haciendo esto por venganza. No quería casarme con él, no quería casarme con nadie. Me puse en pie a duras penas, me dirigí al tocador para ver mi mejilla, la cual ya se encontraba bastante enrojecida, introduje mis dedos en mi cabello halándolo fuerte, esto era frustrante, tomé mi cepillo de pelo tirándolo contra el espejo haciéndolo pedazos.

Quería gritar de la impotencia, fui a mi closet sacando todas mis cosas para arrojarlas al piso, necesitaba desahogarme, sacar esta furia. Todo esto era culpa de una sola persona, Bastián Davis, no lo conocía, pero ya lo odiaba.

—¿Por qué papá? ¿Por qué? — me pregunté.

Solo podía hacer una cosa, desafiar a Bastián y hacer que desista de esto, tal vez no podía convencer a mi padre de olvidar esta locura, pero quizás podía hacer que Bastián se arrepintiera de esta estupidez.

¿Y si le pido disculpas?

La MenorWhere stories live. Discover now