Capítulo 70 ✔️

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POV KIARA WALTON


Luego de salir del restaurante nos dirigimos a casa.

Abrí la puerta del departamento encontrando las luces apagadas, Bastián entró después de mí, me giré para cerrar la puerta, y sentí sus manos en mi vientre y sus labios en mi cuello.

—Vayamos a la cama y hagamos un bebé— musitó con voz sexy.

Dejé caer las llaves, él se echó a reír.

—Nena, es broma, es un decir— dijo entre risa.

Me giré quedando de frente a él, llevé mis manos a su cuello besándolo, Bastián rápidamente empezó a retirar mi abrigo y mi bufanda, tirándolos al suelo, bajé mis manos a su camisa, desbotonándola desesperada, a medidas que él se quitaba su chaqueta.

Tomó mi cuello con sus manos fuertemente, besándome con ímpetu, deslicé su camisa por sus hombros acariciándolo, Bastián recorrió mi cara con su boca hasta bajar por mi cuello siguiendo el camino que conducía a mis pechos, pero mi vestido era impedimento.

Me cargó en brazos llevándome a la habitación mientras yo no paraba de besarlo, no quería detenerme, no podía, sus labios eran tan adictivos. Me dejó en pie delante de nuestra cama, mirándome; esta noche quería ser yo quien lo complaciera, saciarme de él a mi antojo; mi bestia comenzó a quitar los botones de mi vestido lentamente, su mirada intensa ponía mis nervios a mil.

Me invitó a sentarme en el borde de la cama, colocándose de cuclillas delante de mí, tomó mi pie quitando mi bota.

La atmósfera dentro de la habitación se sentía cada vez más intensa, y mi corazón amenaza con colapsar en cualquier momento. Terminó de retirar mis botas, poniéndose de pie, llevó su mano al cierre de su pantalón bajándolo, tragué duro cuando solo se quedó en bóxer.

Levanté mis manos algo tímidas tocando al elástico de su bóxer.

—Kiara...—susurró deteniendo mis manos.
—Quiero hacerlo— expresé mirándolo fijo.

—Mocosa.

—Por favor...

Él suspiró, asintiendo.

Empecé a bajar su bóxer liberando su polla, la cual estaba dura, erguida, y...., y brillosa, su glande goteaba finas gotas de líquido preseminal esperando ser recogida con mi lengua.

Me quedé sentada en el borde de la cama, moví mi mano lentamente sobre su verga, sintiéndola caliente y venosa debajo de mi tacto, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Me acerqué a ella, mi corazón latía frenéticamente, abrí mi boca introduciéndola como si fuera un premio, uno grande e inalcanzable.

Arrastré mi boca suavemente alrededor de su verga, un gruñido salió de la garganta de Bastián cuando introduje más profundo su verga en mi boca; comencé a moverme mi cabeza, su mano acarició mi cuello.

Podía escuchar su respiración jadeante animándome a que continuara, era la primera vez que le hacía esto, y era una delicia.

Su mano ascendió por mi cabello sujetándolo con fuerza, moviendo mi cabeza más rápido, sentía su verga palpitar en mi garganta, una lágrima escapó de mi ojo mientras mis papilas gustativas se preparaban para disfrutar del sabor de su semen.

—¡Maldición! — gruñó.

Y justo en ese momento Bastián la sacó de mi boca empujándome sobre la cama, llevó sus manos a mis pantimedias, terminando de destrozarla, posándose sobre mí como un animal hambriento, y yo era su festín.

La MenorWhere stories live. Discover now