Capítulo 17 ✔️

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POV KIARA WALTON

Me encontraba durmiendo cuando unos ruidos provenientes del pasillo me despertaron, no comprendía sé si se trataba de un sueño o era algo real, me cubrí con la sábana cerrando mis ojos nuevamente, pero unas risas me hicieron reincorporarme sobre la cama de golpe, esto no era producto de un sueño, había alguien en el departamento; me paré de la cama caminando hasta la puerta de la habitación.

Pegué mi oído a la puerta escuchando una voz que no pude reconocer.

—Bastián— expresó alguien entre risa.

No es una opción, es que debo salir a ver qué sucede, pero primero esperaría a que las voces que se escuchaban en el pasillo de las habitaciones ya no se escucharán. Pasaron algunos quince minutos cuando tomé el pomo de la puerta girándolo silenciosamente.

Salí al pasillo encontrando todas las luces apagadas, ¡perfecto! Solo llevo algunas horas en este lugar y ya empezaba a volverme loca, me di vuelta para entrar a mi habitación, sin embargo, algo llamó mi atención, la puerta de la habitación de Bastián se encontraba entreabierta, dudé si caminar hasta ella o volver a mi habitación.

<< ¿Qué se supone que debo hacer?>>

''—No entrar a mi habitación sin mi permiso...''

Fue la primera regla que estableció Bastián de las tantas que dijo.

—¡Bastián...! — gimió alguien dentro de su habitación.

<< ¡A la mierda!>>

Caminé hacia la puerta sintiendo mi corazón latir frenéticamente, traté de hacer la menor cantidad de ruido posible, no sé por qué, pero algo dentro de mí empezaba a arder sin poder contenerlo. Tomé la manija de la puerta abriéndola un centímetro más, necesitaba saber qué ocurría en esa habitación, para mi sorpresa Bastián estaba sobre su cama y una chica encima de él a horcajadas, era evidente lo que estaba sucediendo.

La chica se puso en pie caminando a algún lugar que no pude ver, mientras Bastián salía de la cama perdiéndose en mi campo de visión; dejé mi boca abierta por un segundo, ese maldito me pegaba los cuernos el mismo día de nuestra unión, y en nuestra propia casa, ¡era el colmo!

Bajé la cabeza buscando comprender qué debo hacer, pero la puerta se abrió un poco más, extendí mi brazo rápidamente tratando de tomar la manija, y sin esperarlo alguien abrió la puerta completamente.

La miré.

El agua proveniente de la regadera del baño se escuchaba.

—¿Puedo ayudarte en algo? — indagó la chica en frente de mí.

Abrí mi boca, y la volví a cerrar cuando ninguna palabra pudo salir por ella, me giré rápidamente para regresar a mi habitación y encerrarme con seguro.

Pegué mi espalda a la puerta sintiendo como mi corazón amenazaba con salir de mi caja torácica. No sé por qué diablos me molestaba que trajera a una de sus putas a esta casa, era su departamento, no el mío, no obstante, me enfurecía que me prohibiera traer a un amigo o conocido cuando él podía hacerlo.

Después de esto consideraría realizar una fiesta aquí.

Unos toques en mi puerta me hicieron despegar mi espalda de ella. Era claro que se trataba de él.

—¡Kiara, abre la puerta! — gritó Bastián.

No dije nada, él se escuchaba furioso.

—¡Abre la puerta, maldita mocosa! — rugió golpeándola más fuerte. Quizás ya se había dado cuenta lo que le hice a sus ropas.

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