Capítulo 47 ✔️

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POV BASTIAN DAVIS

—Señor Davis, quisiera saber, ¿cómo está la firma financieramente? — preguntó uno de los futuros inversionistas de la firma.

Este era uno de los motivos por las cuales siempre asistía a la convención de socios, podría encontrar personas interesadas en asociarse a la firma.

—Porque mejor esperamos a mi mano derecha, la señorita Nora De Santis, ella tiene toda la información en documentación física, me gustaría que se llevaran los estados financieros de la firma, auditados a sus casas, así pueden consultarlo con sus asesores— expliqué.

Los inversionistas asintieron de acuerdo. Me preguntaba dónde demonios estaba Nora, llevaba minutos esperándola, solo espero que no esté metida en algunos de los bares del hotel, porque acabaría con ella.

—Buenas tardes, señores... — anunció Nora detrás de mí.

<<Hasta que por fin>>

Todos los caballeros en la mesa fijaron sus ojos en ella. Nora en los negocios era bastante sutil, su mayor arma es su léxico y la manera en la cual genera soluciones rápidas en situaciones de aprieto.

—¿Disculparían a esta mujer por su tardanza? — inquirió sentándose a mi lado con elegancia.

Podía ver como todos la desnudaban con la mirada, pero ella ya no se incomodaba por eso, estaba acostumbrada no solo a miradas, sino también a ofrecimientos indecentes, así era el mundo de los negocios para las mujeres, sin embargo, su implacable carácter y personalidad nunca la ha hecho doblegar su brazo frente a los hombres.

—Comencemos— indiqué.

La reunión se fue desarrollando a mi manera, como era de esperarse. El calor en Sarasota era increíble, y todos estábamos vestidos formal, lo cual no nos ayudaba, así que decidimos hacer la reunión en uno de los restaurantes cerca del área de la piscina, nos dieron la opción de una mesa en el interior o una en el exterior, y todos coincidimos en una mesa en el exterior, y yo sabía por qué....

Muchas de las hijas y esposas de socios, inversionistas y hombres negocios se paseaban en traje de baño por el lugar, robándose las miradas de los hombres.

—Señor Davis, ¿cómo le resulta el matrimonio? — indagó uno de los caballeros presente.

No entendía a qué se debía su pregunta, era algo personal y en estos momentos solo quería hablar de negocios.

—Me resulta bien, Señor Marlven— respondí cortante, no entraría en detalles con todos estos chismosos en la mesa.

—Entiendo que está casado con la menor de las Walton, lo que no entiendo es por qué decidió casarse con la hija menor de Rob, cuando su hermana mayor, Katherine Walton es toda una maestra de los negocios— expresó uno de los ancianos.

Esta conversación había empezado a enojarme.

Respiré profundo sintiendo la mano de Nora por debajo de la mesa acariciando mi pierna, sé que era una señal para que cuidara mis palabras.

—Entiendo que cada uno decide con quién desea casarse— comenté tratando de sonar lo menos molesto posible.

—Claro, si lo que quiere es terminar de educar a una cría— se burló otro señor provocando la risa de las demás en la mesa —desconocía sus gustos, señor Davis...

Tensé mi mandíbula. Nora me miró.

—La hija menor de Rob Walton es conocida por ser una señorita algo problemática, la chica es irrespetuosa y desafiante, ni siquiera su padre puede con ella, según las malas leguas está empeñada en desobedecer constantemente las órdenes de su padre; no imagino lo difícil que debe ser para usted, y el alivio que debe ser para Rob— dijo uno de los hombres con veneno.

La MenorWhere stories live. Discover now