Capítulo 58 ✔️

66.2K 2.9K 36
                                    

POV KIARA WALTON

—Estoy muy feliz por ti y Bastián— dijo Nora sentándose en su silla detrás del escritorio.

He vuelto a la firma y tengo mucho trabajo pendiente, ser la esposa del CEO no me librará de mis responsabilidades como pasante.

—Es muy bueno para ser cierto— expresé hojeando sin ganas el documento en mi mano.

Nora respiró profundo.

—¿Hay algo que te está molestando? ¿Qué sucede? — preguntó Nora, sería.
—No..., es solo que todo está pasando tan rápido que me siento abrumada; ni siquiera tuve tiempo de conocer a Bastián cuando ya estaba comprometida con él, no tuvimos la posibilidad de ser amigos cuando ya era su esposa, siento que todo va muy rápido, y eso me ahoga— expliqué sincera.

Puse el documento sobre el escritorio.


—Entiendo, pero cada historia de amor es diferente, no estás obligada a seguir un patrón, porque solo disfruta lo que estás viviendo— aconsejó ella.

—Quisiera hacerlo, sin embargo, por algún motivo siento que... — me detuve.
—¿Qué? ¿Qué sientes, Kiara? ¿Qué algo malo puede suceder? — dijo ella por mí.
—Sé que es una locura Nora, pero es como si mi corazón supiera que algo va a acontecer, y quisiera dejar de sentirme así, pero no puedo— sostuve con mis ojos cristalizados.
—Estás siendo paranoica Kiara, necesitas relajarte, todo lo que está ocurriendo con la familia Walton es evidente que te tiene preocupada— indicó ella, ahora que lo pensaba Nora tenía razón, quizás todo lo que estaba sucediendo con Erick, Will, mi padre..., con todos, me tenía algo agobiada.

—Debo irme a trabajar— anuncié poniéndome de pie.

Nora rodeó su escritorio acercándose a mí, me abrazó sorpresivamente.

—Eres muy importante para mí, aunque nunca te lo he dicho, jamás he tenido una amiga antes, excepto el idiota de tu esposo— comentó riendo. La abracé más fuerte.

Ahora que conocía a Nora entendía que quizás su vida era más difícil que la mía, yo tenía a mis padres, por más desconsiderados que fueran, ella no los tenía, yo tenía hermanos, ella no tenía, solo tenía a Bastián que era como su hermano y la cuidaba como tal. Nora vivía sola desde que su padre falleció, a veces me preguntaba cómo podía ser dos personas al mismo tiempo, delante de Bastián y de mí, era muy divertida, cariñosa, se preocupaba, aconsejaba, pero delante de los demás era tan insoportablemente fuerte, inquebrantable, hasta algo cruel, aunque considerando que conocía a Bastián desde niño no me sorprendía que lo fuera, ambos compartían ciertas cualidades en su personalidad, supongo que era eso lo que los hacía a ambos tan parecidos.

—¿Quieres acompañarme este fin de semana al departamento de Kate? — propuse deshaciendo nuestro abrazo.
—¿Será una noche de chicas? — indagó con picardía.
—No lo había pensado, pero creo que si— respondí.

—De acuerdo.


POV BASTIAN DAVIS

Me encontraba en mi oficina revisando la cartera de clientes, cuando mi móvil sonó encima del escritorio, era la alerta de mensaje, miré la pantalla donde se visualizaba el nombre Bárbara.

Suspiré; cerré mis ojos, recostándome en el sillón, preguntándome qué demonios quiere Bárbara, tomé el móvil abriendo el mensaje.

"El lobo podrá vestirse de oveja, pero sus intenciones nunca podrá disfrazarlas"

Decía su mensaje, y más abajo una foto de ella en lencería, toqué la barra de opciones eliminando el mensaje de Bárbara. Tiré mi móvil sobre el escritorio retomando lo que hacía antes de que ella me interrumpiera.

Sé lo que intentaba Bárbara, pero polvos esporádicos ya no era lo mío, mi interés en ella o en otra mujer que no sea Kiara me resulta sin sentido, solo existía una mujer con la cual quería follar a cada minuto y era Kiara Davis, mi esposa.

Mi móvil sonó, lo ignoré.

Traté de concentrarme en mi trabajo, pero las llamadas incesantes me interrumpían a cada minuto, lo tomé mirando la pantalla, obviamente era Bárbara.

Tomé la llamada.

—¿Qué quieres? — escupí.
—Bastián, sabes lo que quiero— expresó seductoramente.
—No me importa lo que quieras, porque lo yo quiero es que me dejes en paz— solté cansado.
—¿¡Qué!?— chilló alarmada, —¡no puedes hacerme esto! — gritó.
—Esto se terminó.

—¿Se terminó? ¿Por qué? ¿Por qué tú lo dices?

—Bárbara, no me hagas decir lo que no deseas escuchar— advertí.

Un silencio reinó en la línea.

—Sabes que solo era sexo y nada más— le recordé rompiendo el silencio.
—Es por ella, ¿cierto? Es por la mocosa que tienes como esposa, ¿no es así? — espetó con desdén.

Me puse en pie acercándome al ventanal.

—Sí, es por mi esposa— confirmé con voz neutra.

Bárbara se río.

—¿Una mocosa me suplanta en tu cama? ¿Perdiste el gusto por las buenas cogidas? Estoy segura de que esa niñata no te hace venir como yo lo hago, o ya se te olvido como me muevo encima de ti, como te follo— escupió con aire de superioridad.

Me quedé en silencio un minuto, no quería extender esta conversación.

—Bárbara, esa es la diferencia entre ella y tú, mientras tú solo piensas en coger conmigo, ella piensa en hacerme el amor. Esa mocosa como dices me hizo sentir lo que ninguna otra me ha hecho sentir, lo que tú y tus buenos polvos no han podido hacerme sentir, y no pienso traicionarla, así que te sugiero que elimines mi contacto de tu móvil y no me vuelvas a llamar— manifesté.

—Bastián...

Colgué la llamada.

Cerré mi puño golpeando el ventanal arrepintiéndome de haberme acostado con Bárbara, ha sido uno de mis más grandes errores. Me giré caminando al sillón, mis ojos viajaron instantáneamente al portarretrato que descansaba sobre mi escritorio, Kiara me regaló esta foto hace unos días, la tomó de una revista, era la foto que nos tomamos en su graduación.

Agarré la foto.

—Haré todo lo que sea necesario para hacerte feliz, enana diabólica— me dije a mí mismo mirando la foto, —aunque sea lo último que haga, no te dejaré ir— sentencié.

El intercomunicador sonó.

—Fannie— respondí dejando la foto donde se encontraba anteriormente.
—Señor Davis, los clientes del caso especial del cual se encarga la señora Davis y el señor McGwire están en la sala de juntas— informó mi secretaria.

—Gracias, Fannie, por favor avísale a Kiara y el señor McGwire que sus clientes están aquí, yo iré en un momento.

He decidido intervenir en el caso que le asignaron a la mocosa luego de darme cuenta de que los abogados y familiares del demandado estaban presionando a mis clientes de aceptar una suma de dinero y retirar la demanda, como si fuera tan simple, las cosas para la familia Tisdale se estaban tornando complicadas, Kiara no iba a poder ganar este caso sola, ni siquiera con la ayuda del señor Richards, así que estoy obligado a ayudarla a ganar, ya que fui yo quien la metió en esto.

Iría al estrado como abogado de apoyo de la mocosa, al final de la jornada, el estafador resultó estafado.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora