Capítulo 94 ✔️

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POV BASTIAN DAVIS

—Necesito llevarte a la cama, necesito hacerte mía, Kiara — le pedí, y no es que le esté pidiendo permiso para hacerlo, Kiara sabe que es mía, pero quiero que ella esté consciente de que luego de esto, yo no la dejaría ir.

Ella asintió con su cabeza y era todo lo que yo necesitaba...

Despegué su espalda de la puerta, encaminándome con ella a su habitación; abrí la puerta sintiendo los labios de Kiara sobre los míos, descomponiéndome, aniquilándome de la manera más seductora que jamás lo haya hecho.

Cerré la puerta detrás de mí dejándola tocar el suelo, llevé mis manos rápidamente a su polera sacándola por sus brazos, deseaba tenerla desnuda delante de mí, necesitaba acariciar su piel.

Arrojé su polera a alguna parte de la habitación prendiendo de uno de sus pechos como un niño hambriento, necesitaba sentir esa parte de su cuerpo perteneciéndome otra vez; un gemido extremadamente audible salió de su boca enviando una señal directa mi verga.

Necesitaba todo de Kiara, quería hacerle el amor lentamente hasta que la marcara, hasta que ella supiera que lo que le haría esta noche era una promesa.

Succioné su pezón para luego mover mi lengua sobre él, la mocosa enterró sus dedos en mi cabello, me enloquecía cuando hacía eso. La cargué llevándola a la cama. Deslicé mi mano por su cintura hasta llegar al borde del short de su pijama bajándolo por sus piernas al junto de su braga, los deslicé lentamente, sin dejar de mirarla, Kiara se mordió el labio volviendo a enviar esa señal a mi verga de nuevo, prendiéndome más de lo que ya estaba.

Terminé de retirarle sus ropas separándole las piernas, me sube a la cama adentrando mi cabeza en medio de sus piernas, extrañaba su sabor de su coño.

Pasé mi lengua por su centro escuchando como su respiración comenzaba a tornarse pesada. Mi lengua jugo con su clítoris de diferentes maneras, mientras que sus pequeños gemidos eran como mi marca personal de Revatio, me calentaba escucharla gemir y más cuando sus gemidos venían acompañados de mi nombre.

La mano de Kiara se posó en mi cabeza sosteniendo mi cabello con fuerza, me gustaba esta mujer, la habilidad que poseía de que con cualquier movimiento por parte de ella me volviera loco era algo increíble.

La sentí levantar la cadera pegando su coño más a mi boca, ella quería más, y yo le daría más; chupé con fuerza su centro, dejando que su humedad humectara mis labios, sintiendo sus piernas temblar a cada lado de mi cabeza, continúe con mi tortura introduciendo mi lengua en su canal, quería que se corriera en mi boca, que se viniera hasta que no quedará nada en ella.

—¡Bastián! — gritó mi mocosa mientras su cuerpo se sacudía frenéticamente sobre la cama, la sujeté de la cintura sin despegar mi boca de su coño, no dejaría de mover mi lengua contra su centro hasta no hacerla correr.

Kiara intentó cerrar sus piernas por impulso, pero solté su cintura aprisionando sus piernas con mis brazos, obligándola a mantenerlas abiertas mientras yo seguía con mi misión, deseaba comérmela por completo, esto era el cielo para mí; y luego de unos segundos mi lengua pudo saborear sus fluidos, mi enana se corrió en mi boca, regalándome el más delicioso de los orgasmo que he podido disfrutar de ella.

Solté sus piernas levantándome de la cama; empecé a quitarme mi pantalón y mi bóxer delante de ella, me quité mis zapatos de un puntapié. Volví a posarme sobre ella, sus brazos me recibieron gustosamente, las manos de Kiara acariciaron mis brazos, cerré mis ojos, dejándome llevar por esta sensación que experimentaba; unimos nuestros labios devorándola la boca del otro, mi cuerpo correspondía instantáneamente al de ella, ambos pertenecíamos a la misma sintonía, ambos tocábamos la misma nota, ambos bailábamos al mismo compás, esto era pura armonía.

Bajé mi boca a su cuello respirando su aroma, mi boca descendió por su cuello buscando el contacto con sus pechos, llevé una mano a uno de ellos mientras mi boca acariciaba el otro, las manos de Kiara se sentían jodidamente bien sobre mis brazos.

—Te necesito adentro— jadeó.

Sé que ella está más que preparada para mí.

—Mírame— le ordené, —quiero que veas como mi polla se abre paso dentro de ti, quiero que veas cómo ambos nos sumergimos en el otro— pedí, penetrándola lento.

Sostuve su mirada introduciéndome dentro de ella, su coño me abrazaba mortalmente dándome la bienvenida a casa, la mocosa cerró sus ojos hundiendo la cabeza en el colchón cuando mi punta tocó zonas erógenas en ella.

Llevé mi mano a la de ella, uniéndolas, comenzando a moverme. Kiara pegó sus labios a los míos, manteniendo la unión en nuestras manos; quería más de ella, mucho más.

—Te amo, Kiara— confesé embistiéndola, —mi deseo por ti es enfermizo y no tiene cura. No puedo dejarte ir, y tampoco quiero hacerlo— manifesté con sinceridad deslizándome una y otra vez dentro de ella.

—Bastián...— suplicó entre gemidos.

Aprecié su cara un segundo mirándola disfrutar de mis embestidas, mantenía sus ojos cerrados mientras apretaba su mano con la mía.

—¿Dime en este momento si deseas dejarme?, ¿Dime en este instante si deseas terminar con esto? — demandé que me respondiera profundizando mis embestidas.

Los gritos de Kiara inundaban la habitación, sé que era injusto preguntarle esto precisamente cuando la tenía debajo de mí, haciéndole el amor, sin embargo, la mocosa necesitaba que le recordara lo bien que la pasaba cuando tenía mi polla dentro de su coño, necesitaba que le recordase como lo hago gemir, como la hago gritar, como suena mi nombre saliendo su boca, como logro que se corra, como la pongo a temblar solo con mi boca...

Me prendía que a pesar de medir un metro cincuenta y siete, fuera capaz de soportar la verga de un hombre de más de un metro noventa.

—Respóndeme, ¿Aún quieres terminar con esto? — inquirí de nuevo, moviéndome más rápido; martillaba su coño sin piedad.

—No...— susurró débil, —¡no quiero! — gritó llevando su mano a mi hombro, clavando sus uñas con fuerza en ellos.

Me giré sobre la cama con un solo movimiento dejándola encima de mí.

Kiara empezó a cabalgar sobre mí al instante, dejé mis ojos abiertos, no quería perderme de la mejor vista de toda mi maldita vida; su cabello suelto y sus labios entreabiertos, la manera en la cual mantenía sus ojos cerrados a medidas que se movía encima de mí era un nuevo vicioso desbloqueado, ella era mi droga.

Estaba atrapado, estaba totalmente perdido por ella, Kiara me hacía llegar al cielo aun viendo en mi propio infierno, me hacía disfrutar de aquello que jamás pensé disfrutar, de aquello que ninguna otra mujer me había hecho disfrutar, y era disfrutar de ella.

Agarré sus piernas fuertes sintiendo como mi verga se preparaba para expulsar mis fluidos, enterré mi cabeza en colchón tensando mi mandíbula tratando de ahogar mis gruñidos, la mocosa se movía malditamente bien.

—Sí, nena...— gruñí llevando una de mis manos a su cintura.

Quería llegar, necesitaba hacerlo o explotaría, la escuché gritar con fuerza indicándome que llegó a su propia liberación, pero aún seguía moviéndose desesperadamente encima de mí, ella quería alargar su orgasmo y darme mi propia liberación, y lo consiguió, porque segundos después clavé mis dedos en su piel con fuerzas sintiendo como explotaba.

—Kiara— gemí terminando de correrme dentro de ella.

La mocosa se desplomó encima de mí con su respiración agitada.

—Te amo, Bastián— susurró dejando su mano sobre mi pecho; tomé su mano llevándola a mi boca, dejando un beso en su palma, intentando recuperarme de esto.

Nota de la autora:

Hello mis queridos lectores, nos encontramos en la recta final, espero que le esté gustando la novela. Les dejo mi usuario de Instagram por si gustan seguirme msol_escritos, por allá solo vamos hablamos de mis libros, actualizaciones, imagines de mis personajes y otros.

La cuenta es privada, así que iré aceptando las solicitudes a medida que entre a la red social, para tener una comunidad más sana y organizada.

¡Gracias por su apoyo, un beso y abrazo!

La MenorWhere stories live. Discover now