Capítulo 63 ✔️

62.1K 2.8K 56
                                    

POV KIARA WALTON

Transcurrió un mes desde mi primera audiencia, seguía trabajando en otros casos, pero solo como asistente, sin pisar la corte, seguía esperando la segunda audiencia de mi caso; en estas últimas semanas me he estado llevando bastante bien con mis compañeros del departamento penal, aunque debo admitir que yo no soy una persona tan social.

Tecleaba en mi laptop cuando Nora apareció en frente de mí.

—¿Qué haces aquí? — inquirí sin dejar de mirar mi laptop.

No me gustaba que Nora bajara al departamento de penal, ser la mano derecha del CEO y unas de las principales socias de la firma, provocaba suspiros entre los hombres del departamento, los cuales se comportaban de manera irracional cuando ella me visitaba, hasta rellenarme de preguntas sobre su estado civil cuando dicha italiana se marchaba.

—¿Cariño, solo vine a preguntarte si asistirás a la cena de esta noche? — sostuvo.

—Existe algo que se llama teléfono, el cual lo patentizó Graham Bell, en el mil ochocientos setenta y seis ¿Sabes que fue lo que dijo en su primera llamada? — le pregunté.

Nora suspiró.

—"Mr. Watson, venga aquí, quiero verle"— respondió con cara de pocos amigos.

—Exacto, se lo dijo a su ayudante, quien se encontraba en otra habitación ¿No es interesante?

—No, lo que es interesante es la habilidad que has desarrollado para cambiar de tema ¿Segura que no eras la esposa de Bastián en otra vida?

Sonreí negando con mi cabeza.

—¿Iras a la cena? — volvió a preguntar ella.
—Sabes que si pudiera quedarme en casa lo haría, pero el jefe del jefe de mi jefe me obligará a acompañarlo— expresé refiriéndome a Bastián.
—A Bastián le gusta asistir a esas cenas de negocios, siempre hay un nuevo cliente que cazar— manifestó ella.
—Sí, y también algunos traseros que ver— comenté sarcástica haciéndola reír.

—Qué rápido aprendes.

—¡Touché! — exclamé.

Nora apoyó sus manos en mi escritorio acercando su cara a la mía.

—Puede ser que mire algunos traseros, todos los hombres lo hacen, pero te aseguro que el único trasero que se coge el Lobo es el tuyo— susurró seductoramente, prácticamente encima de mi boca.

Moví mi rostro a un lado, encontrando a todo el personal atento a nosotras, la cercanía de Nora, más su comportamiento conmigo podía dar lugar a malentendidos.

Tomé una bocanada de aire para ponerme en pie, rodeé mi escritorio.

—Te acompaño a la puerta— dije sujetándola del brazo y arrastrarla fuera de mi área de trabajo.

—Esto es divertido— expuso con una risilla.

—No, no es gracioso.

—¿Te veré esta noche? — indagó cruzando por el umbral de la puerta.
—Tal vez— sentencié cerrando la puerta.

—¡Ponte algo sexy, nena! — gritó aún del otro lado de la puerta.

Me di vuelta, todos me miraban con extrañeza.

—¿Dime que es hetero? — cuestionó uno de mis compañeros tomando la revista que siempre tenía guardada en su cajonera, Nora estaba en la portada.

El chico miraba la foto una y otra vez con ojos brillosos.

Rodé mis ojos volviendo a mi escritorio mientras un cuchicheo se adueñaba del departamento.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora