Capítulo 18 ✔️

64.3K 3.2K 25
                                    

POV KIARA WALTON

Me desperté con Bastián en mi mente, el recuerdo de lo que sucedió la noche anterior me golpeó fuertemente cuando abrí mis ojos.

Me giré en la cama viendo la hora en el reloj sobre la cómoda.

<<Aún es muy temprano>>

No quería salir y encontrarme con él, no porque fuera cobarde o me arrepintiera de lo que hice, sino porque no quería seguir con esta tonta pelea. Volví a dormir otro rato más.

***

Esta mañana me vestí casual, no tenía ningún plan para hoy, aún no me reunía con mi padre para decirle que: a) estaba preparada para empezar a trabajar en Walton Real State y b) le pediría el divorcio a Bastián, aunque sé que, de las dos cosas anteriores dichas, solo una aceptarían.

Salí a desayunar, una cosa era morir de confinamiento y otra era morir de hambre, sin embargo, escuché unos lloriqueos provenientes de la cocina; me trasladé a la cocina, el personal estaba reunido.

—Buenos días— saludé, ellas me miraron —¿Qué sucede? — indagué al ver a una de las chicas del personal de limpieza llorando.
—El señor Bastián las despidió— informó la cocinera consolando a la chica.
—¿Qué? ¿Por qué? — pregunté sin poder creerlo.
—Piensa que tenemos que ver con lo que sucedió con sus ropas — explicó el ama de llaves entrando a la cocina.

Sabía que era mi culpa, pero no comprendía por qué Bastián le hacía esto a ellas, es más que claro que fui yo quien hizo todo.

—Pero... yo fui quien hizo esto, no ustedes.
—Explíquele eso a su esposo, señora Davis, con todo respeto creo que no conoce al señor— manifestó la cocinera.

Debía solucionar esto, no podía permitir que ellas perdieran su empleo por mi culpa, y quizás la cocinera tenía razón, no conocía a Bastián; es que era insólito.

—Hablaré con él, haré que cambie de opinión, todo se va a solucionar— aseguré.

—No creo que vaya a lograrlo, es mejor si deja las cosas como están señora Davis, no es la primera vez que el señor prescinde del servicio de un empleado, al cual intentamos salvar del despido, él no cambia de opinión fácilmente— contó la cocinera.

—iré a su oficina, quizás podamos llegar a un acuerdo— sostuve colocándome de cuclillas delante de la chica que lloraba, acariciando su mano.

—Señora Davis, no tiene que hacerlo— expuso el ama de llaves.

—No es que tengo, es que debo, ustedes solo seguían mis órdenes, no se muevan de aquí, iré ahora mismo a la firma— sentencié volviendo a ponerme en pie.

***

Subía por el ascensor de la firma de abogados Davis, buscando las palabras exactas, con la cual iniciaría la conversación que sostendría con Bastián, no quiero que piense que vine como un perro con su cola entre sus patas, esto lo hacía solo por las chicas a las cuales despidió sin ningún motivo.

Las puestas del ascensor se abrieron, me dirigí a la secretaria de Bastián, sabía dónde quedaba exactamente la oficina de él, no era la primera vez que venía, aún recuerdo el día que me hizo quitarme el maquillaje solo para ver el golpe que me propinó Rob.

—Buen día, señora Davis— saludo la chica.

—Buen día— respondí amablemente.

—El señor Davis espera por usted— anunció ella haciéndome entender algo, el imbécil sabía que vendría, ahora me sentía como una estúpida cayendo en su trampa.

La MenorWhere stories live. Discover now