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CAPÍTULO TRES

Saoirse

Cinco años después

Limerick se encontraba desolada a temprana hora del día cuando la gente estaba durmiendo sin preocupación de nada. Salgo del apartamento dando un portazo sin importarme el ruido en absoluto, pongo el cronómetro y salgo del edificio para iniciar con mi rutina diaria.

El cielo se encontraba despejado, las nubes se empezaban a movilizar con tranquilidad y las aves iniciaban con su canto matutino. Comienzo a trotar mientras me coloco mis audífonos dejándome llevar por las canciones.

No estaba prestando atención a nada de lo que sucedía a mi alrededor con excepción de lo que estaba frente a mi vista. Las canciones pasaban y pasaban una y otra vez bloqueando los ruidos externos.

Me detengo en una intersección, los primeros autos se comenzaban a ver en las calles y las primeras personas salían de sus casas para ir a sus trabajos.

Observo a un hombre de pie atrás de mi, con una capucha de color negro y una mascarilla cubriéndole la boca. Avanzo ignorando al hombre y una señora me toma del brazo para susurrar que aquel hombre me estaba siguiendo.

—Ten cuidado –dice, para luego dar la vuelta en la siguiente calle y perderse de mi vista.

El hombre seguía ahí, pero esta vez llevaba consigo un artefacto en su mano derecha que, a simple vista, parecía ser inofensivo, pero si se observaba con precaución uno se daba cuenta de que era una espada.

—¿Por qué me sigues? –Pregunto enfrentándolo de pie–. ¿Por qué estás aquí en Limerick molestándome?

Observo su mano izquierda, el tatuaje de un símbolo circular con un cuadrado y triángulos dentro de estaba marcado en su piel. Lo observo fijamente y sus ojos cambian de color en un parpadear.

—¿Quién eres?

Él se niega a contestar a mis preguntas y se quita la capucha dejándome a la vista su cabello café y algunas pecas casi invisibles en sus mejillas cuando también retira su mascarilla.

—¿Eres un Dunne?

El hombre niega y guarda su arma en su bolsillo, aquella espada había cambiado de tamaño de manera inmediata, no me tenía miedo y yo tampoco le temía. Después de lo sucedido con mi madre estaba más que preparada para ver a personas extrañas en busca de los Doherty.

—¿Qué te trae por aquí?

—Tienes que huir lejos de Limerick y de Adare –habla mientras observa a sus costados–. Esto no es vida para ninguno de ustedes, pero para los Doherty es más que un peligro, para ustedes es una maldición que los está esperando hasta el último aliento. Debes huir y llevarte a Eoin contigo para juntos estar a salvo.

Río.

—¿Crees que te creo algo de lo que dices? –Digo arqueando una ceja–. Has salido de la nada llevando contigo un arma sospechosa, es muy obvio que no te creo y que lo mejor sería irme de aquí y no escucharte.

Él toma mi brazo y me detiene.

—No lo entiendes, Saoirse –dice–, los Dunne los quieren muertos a todos incluida mi familia. Los Doherty y los Campbell estamos en peligro, pero unos somos más fuertes que otros.

—¿Los Campbell? ¿Quiénes son ellos? Mi madre nunca los mencionó, de seguro es una mentira lo que dices y solo quieres hacerme una mala broma. Déjame en paz de una vez por todas.

Me deshago de su agarre y sigo mi rutina dejándolo atrás. Campbell, de seguro estaba confundiendo todo y creó una historia nueva en donde se inventaba el apellido de mi familia mezclado con la de él.

Adare ✔️Where stories live. Discover now