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CAPÍTULO VEINTISÉIS

Deirdre

La noche había caído, un día entero había transcurrido desde que los chicos estuvieron aquí y según ellos presenciaron nuestras muertes. Muevo mis piernas y brazos para salir del hechizo en el que estaba, observo de reojo a Ronan quien se mueve de igual manera y se sienta.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? –Pregunta Ronan observándome con delicadeza–. ¿Estás bien?

Río.

—Nunca había estado tan bien –contesto–, me siento más viva que antes y eso que he perdido mucha sangre y corazón.

Ronan se pone de pie y me tiende su mano para ayudarme a levantarme. Mi hermano se acerca a la ventana para ver si alguien anda cerca de la casa, pero el lugar se ve tan solitario. Pareciera que a nadie le ha importado en absoluto lo que sea que hubiese sucedido en esta casa.

—Supongo que a nadie le ha importado nuestras muertes –digo–. Bueno, que más da, lo mejor sería salir de este lugar e ir en busca de nuestro padre, estará orgulloso de saber que su plan ha salido a la perfección y que sus hijos no han muerto.

Ronan ríe.

—¿En serio crees que le importamos a nuestro padre?

Asiento.

—No me importa lo que tú pienses, Ronan. Nuestro padre nos quiere y por eso nos está ayudando a generar más poder para convertirnos en los próximos dueños de todo esto. Si eso no fuera así no nos estuviera enseñando.

Ronan vuelve a reír.

—Eres tan ilusa, hermanita, ¿qué acaso no te has dado cuenta de lo que está pasando?

—¿De qué me hablas?

—Nuestro padre no tiene interés alguno en nosotros y si nos está dejando participar en todo esto es porque no le importa si morimos en el intento. ¿Entiendes lo que te digo? No le importamos en absoluto y si morimos mientras el plan está en plena acción para él sería la gloria.

Niego.

—No sabes lo que estás diciendo –digo–, a ti nunca te agradó nuestro padre y todo lo que dices es porque quieres ponerme en su contra. Jamás lograrás hacerlo, Ronan, yo amo a mi padre y siempre le ayudaré en todo lo que necesite de mí.

Ronan se acerca a mi tomándome del brazo y me choca contra la pared. Sus ojos amarillos se encienden y siento su pelaje salir.

—No seas estúpida, si nuestro padre nos amara no hubiese dejado que nos mataran hace horas. Dime Deirdre, ¿qué hubiese pasado si no hubiese lanzado el hechizo? Dímelo Deirdre, dime.

Niego.

—No.

—Piensa en todo lo que estás diciendo, piensa en lo que hubiese pasado si papá no hubiese lanzado el hechizo. No nos dejó morir, pero por favor piensa en lo que pasa por su mente. Tal vez no nos ha matado en esta, pero habrán próximas veces en las cuales hará lo posible por acabar con nuestras vidas.

Niego.

—Nuestro padre no haría algo así –digo–, estoy segura de que todo esto es un malentendido.

Ronan golpea la pared rompiéndola.

—Deja de ser tan tonta y piensa Deirdre. Por favor mira la herida de nuestro cuello y la estaca en nuestro corazón. ¿Qué eso no te dice nada? Estamos en el limbo entre la vida y la muerte y mientras estemos bajo el hechizo estaremos vivos.

—Papá no nos mataría, Ronan, no lo haría porque somos lo único que le queda en su vida. Mamá está muerta y desde entonces somos el único recuerdo que tiene de ella. Jamás nos haría daño.

—Es que me sorprende el nivel de estupidez que tienes, no sabía que fueras tan tonta.

—Aquí tú eres el que no entiende nada de lo que te estoy diciendo. ¿Por qué no me crees? ¿Piensas que nuestro padre sería capaz de hacer algo así?

—Ya lo hizo, ¿qué no escuchaste lo que te dije? Nuestro padre nos tiene hechizados para seguir con vida, cuando nos quite el hechizo estaremos muertos para siempre. De nada nos servirán todos los años que tenemos encima si con un chasquido de sus dedos estaremos en el infierno.

—¡Todo es una mentira! –Grito y lo empujo.

—¡Vaya! –Dice una voz femenina–. Veo que si están con vida después de todo.

—¿Nessa? –Pregunto–. ¿Y tú qué carajo haces aquí? Deberías de estar resguardada, no estás a salvo fuera de la casa de nuestro padre.

Nessa nos observa de pies a cabeza y luego ríe como si de una burla se tratase.

—¿Estar en peligro? Pues veo que los que deberían de estar en casa de su padre son otros, porque al menos yo no tengo sangre por todos lados, el cuello cortado y una estaca clavada.

—¿Dónde está nuestro padre? –Pregunta Ronan poniéndose de pie–. Sé que sabes en dónde está y quiero que por favor me lo digas. Es de vida o muerte la respuesta.

Nessa se encoge de hombros.

—Yo si sé en dónde está su lindo papito en estos momentos; pero, ¿qué crees? –Dice mordiendo una manzana–. No te lo diré porque no me importa si mueren o viven, su dulce papito está más feliz teniéndome a mí a su lado que a ustedes dos, creo que ya le hacía falta una nueva hija.

—Creo que las mujeres Barry son tan estúpidas que caen en los encantos del estúpido de nuestro padre.

Lanzo un destello que impacta en el pecho de Ronan y este se convierte en un lobo que se lanza sobre mí tratando de morderme con sus dientes filosos y ansiosos por comer.

—Yo no he venido a verlos a jugar a caperucita roja y al lobo –dice Nessa lanzando el corazón de la manzana sobre Ronan–. Solo vine a ver si estaban vivos y como ya los he visto me iré de aquí. Adare está siendo muy aburrido para la vida que yo llevaba en Dublín. Aún no entiendo la razón por la cual yo fui la elegida.

—Detente –digo.

—Dime hermanita, ¿me necesitas?

—Solo quiero que respondas a una pregunta.

—Solo si prometes que el idiota de tu hermano lobo no se lanzará a atacarme en cualquier segundo.

Observo a Ronan y él se sienta mientras saca la lengua como un perro.

—¿Mi padre sería capaz de matarnos?

Nessa suspira.

—Me da mucha pena decirles esto, pero si por su padre fuera ustedes estuvieran muertos desde hace tiempo. Su padre siempre ha buscado la manera de acabar con ustedes.

—¿Por qué nos lanzo el hechizo si nos quería muertos?

Sonríe.

—Fácil y sencillo, su padre quiere que sean ustedes quienes maten a los hermanos Doherty.

Adare ✔️Where stories live. Discover now