Solo una noche

17 - Tu y yo, nadie más.

4 de octubre 2023

Paloma

Me pido una copita de Vodka, y a los demás cada uno su respectiva bebida favorita para tomar en las discotecas.

Cojo todas las bebidas como puedo y las llevo a uno de los sillones en los que nos estamos quedando. Bebo mi bebida rápidamente de una, y me voy con Nessa a bailar.

Mientras los chicos se quedan en los sillones sentados, Nessa y yo bailamos la pocas canciones latinas que nos ponen por los altavoces.

Miro la pantalla de mi móvil, las 23:00 me despido de Nessa y me acerco a los sillones del otro lado de la discoteca a esperar a que el portero venga hacia aquí.

Unas manos grandes se posan en mi cintura, y no se de quien son. Supongo que serán del chico con el que he quedado, por lo que me giro sin miedo ninguno para encontrarme con su cara.

Aunque eso no pasa. Porque me encuentro una alta figura, fuerte, grande, con barba, y con un pestazo a alcohol increíble. Intento apartarme de esas sucias y fuertes manos que están fijas en mi cintura, y que no se despegan ni con agua hirviendo. 

- Suéltame - digo en español, sin siquiera pensar, hasta que siento que esas fuertes manos me cargan en un hombro y poco a poco la música deja de sonar tan alto.

- You come with me (tu te vienes conmigo) - dice el, mientras me sujeta de la cintura y me lleva en sus hombros.

- Let go (suéltame) - digo mientras poco a poco la música ahora si que si, deja de sonar.

Cuando me quiero dar cuenta estamos en la calle, el chico no me suelta de su hombro y da vueltas y más vueltas por toda la calle de alrededor.

Pedri

- ¿Y Paloma? - digo mientras veo a Nessa, venir en nuestra dirección, pero ni delante, ni a su lado, ni detrás está Paloma.

- Había quedado con el portero hace 5 minutos en los sillones, por dejarnos entrar en el VIP, estará con él supongo - dice ella tan tranquila mientras se sienta al lado de Pablo.

- ¿Perdón? ¿Estas diciendo que está con un viejo verde de 60 años, a cambio de que nos dejarán entrar? - pregunto muy histérico.

Antes de esperar a que me responda me dirijo hacia los sillones del otro lado de la discoteca, que es donde supongo que deben de estar ya que en los que estábamos nosotros no estaban, y son los únicos que hay.

Me dirijo hacia allí, y me doy cuenta de que ni Paloma ni el portero se encuentran entre esos sillones. Una fina capa de sudor, empieza a caer por mi frente sin parar. La limpio con el cuello de mi camisa, rápidamente me dirijo hacia dónde los demás.

- No está ni Paloma ni el portero - digo mientras miro la hora en mi móvil - y son las 23:07.

- Vamos a buscarla - se levanta Pablo más histérico que yo, si eso es posible.

Nos dividimos y cada uno se dirige a una parte de la discoteca, en busca de Paloma. O si quiera del portero, que después de lo de la entrada ni señales de vida ha dado por aquí.

Decido salir hacia fuera, a ver si encuentro a alguien y puedo preguntar. A ver si alguien a visto a una morena guapísima, con un señor algo rechoncho y mayor.

A una morena guapísima, mi morena guapísima.

Paloma

- Let go (suéltame) - digo de nuevo, mientras pataleo el pecho del chico y doy golpes con las manos en su espalda.

El chico no hace ni el amago de soltar su agarre ni un poco, ya no se que mas hacer.

- Suéltala - oigo detrás de el chico, no se me ocurre otra cosa que levantar la cabeza y verlo, a mi salvación, a él, a Pedri.

Pedri se acerca con cara de pocos amigos y no duda ni un segundo en estampar su pierna en la espalda del chico, provocando que se caiga al suelo y yo con el.

Aprovecho y me suelto del chico rápidamente, mientras me acerco a Pedri para ponerme detrás de el.

Pedri le da un par de puñetazos en la cara, haciendo que el chico se quede tumbado en el suelo, sin siquiera levantar la cabeza ni agrávense a dirigirle la palabra.

- ¿Te ha hecho algo? - pregunta un Pedri muy preocupado, al cual yo no conocía. Mientras toca mi cara, y la acuna con sus manos.

- No, no me ha hecho nada - digo yo, apunto de entrar en llanto, aunque me sostengo y simplemente me abrazo al cuerpo de él.

- Tio, dentro no est... - oigo una voz detrás nuestro mientras oigo un fuerte portazo, me giro y me encuentro a mi primo.

Mi primo se echa una pequeña carrera y viene hacia mi, me abraza sin si quiera dejarme un pequeño hueco para respirar.

Al igual que el, me abrazan fuertemente Nico y Nessa. Aunque unos minutos después se van hacia el coche, y nos dejan a Pedri y a mi solos.

- Gracias, supongo - digo mientras miro hacia mis tacones, y Pedri mira hacia mi sin separar sus dilatas pupilas de mi cara.

- De nada, supongo - dice el, aún mirándome - deberíamos ir al coche, es mejor que volvamos a casa - dice el dándose la vuelta.

Aunque antes de que avance mucho decido frenarle.

- Espera Pedri - digo mientras pienso en que quizás mañana me arrepentiré, pero sé que si no lo hago, mañana si o si me arrepentiré.

- Dime - dice el girándose, de nuevo a mirarme, pero sin moverse ni andar hacia mi.

Me acerco hacia el lentamente, y sin pensarlo más. Sujeto su cara con mi mano posada en su mejilla, y me acerco a sus labios, sin pensarlo.

Una fuerte oleada de aire, recorre mi estomago. Él posa sus manos en mi cintura. Y estamos así hasta que ambos nos quedamos sin aire para respirar.

- Me gustaría... - digo nerviosa, mientras apoyo mi frente en el hombro de él - me gustaría... arreglar las cosas, y volver a ser los mismos de antes, tú y yo, y nadie más - digo mientras sonrío pensando en esa época.

- Claro que si Paloma, a mi también me gustaría, me encantaría - dice él besando mi frente cuando levanto mi cabeza de su hombro.

Le doy un beso de nuevo, y cojo su mano. Vamos hacia el coche, donde ya están montados todos.

Nessa y Nico delante, y mi primo detrás.

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Holii! ¿Opiniones de este capítulo?

Tenia demasiadas ganas de escribir esta reconciliación, era demasiado necesaria y todos lo sabíamos.

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