Penélope, mi segundo amor

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Capítulo quince

—¿Dónde están mi hermana y mi sobrina? —preguntó Nathaniel al entrar por la puerta—. Perdón por no haber llegado a tiempo.

Le dio un beso en la mejilla a Nadia y le dio los globos que había traído. Estos se sostenían por un peluche que decía "para la mejor mamá"

—Gracias, no debiste molestarte —dijo Nadia sonriendo.

—Despedí a mi representante. Ese desgraciado me dijo que llegaría con el vuelo nocturno y no fue así —dijo Nathaniel como si estuviera indignado.

—No hagas esas cosas, hermano. El parto se adelantó —dijo Nadia, preocupada por el trabajo de Nathaniel.

—Hola —Ulises entró detrás de Nathaniel con unos bombones y unas flores para su amada.

—Felicidades. Mi sobrina no sacó nada de ti. Por suerte es idéntica a su madre —dijo Nathaniel a Ulises.

—Me alegro por eso. Yo también creo que se parece más a Nadia —dijo Ulises feliz de poder hablar de su hija con alguien.

Los dos ayudaron a la nueva madre con las cosas para poder salir del hospital. Una vez que llegaron al departamento de Nadia y cuando Nathaniel ya no estaba cerca, Nadia abrazó a Ulises.

—¿Podrías quedarte unos días conmigo? —preguntó avergonzada. Quería que ya no se fuera, pero no podía decirle eso aún—. No quiero que dejes de trabajar, es solo que para Penélope sería bueno estar en contacto con su papá y ...

—Entendí —dijo Ulises y acarició el rostro sonrojado de Nadia.

—Bueno, bueno... a ver si se separan un poco —dijo Nathaniel al verlos tan acaramelados frente a él.

...

—Son dos malditos desgraciados —dijo Hermes furioso.

—¿Por qué te enojas con nosotros? —preguntó Apolo mientras bebía plácidamente sentado en el sofá—. Además, si hubieras hecho tu parte, la abuela no se habría enojado con nosotros.

—Ahora, ¿qué voy a hacer? La abuela me quitó mi parte de la herencia —Artemisa estaba desesperada—. Incluso me dijo que me buscara dónde vivir, ya que debía irme de la mansión.

—Eso no les parece extraño. La abuela nunca había echado a nadie de este lugar —dijo Apolo pensativo—. Incluso le ha permitido permanecer aquí a papá. Quien siempre ele trae problemas.

—Lo sé... —dijo Artemisa y miró a Hermes— Puedo irme a vivir contigo ¿Verdad?

—No. Vamos a seguir con el plan original. Separaremos a Ulises y a Nadia —Hermes parecía no querer retroceder—. Le pedirás a Ulises que te deje quedar en su departamento y tu Apolo va a buscar la manera de quedarte con Dionisio. Así será más fácil.

—Pero que hay de los demás. La abuela les pidió que se presenten —dijo Artemisa preocupada.

—Eso déjamelo a mí —dijo Hermes.

Hermes fue a casa de Nadia en compañía de Galatea. Ambos pasaron a buscar de Dionisio. Y les llegaron regalos para Penélope y para Nadia.

—Gracias a todos por los regalos —dijo Nadia mientras los abría.

En realidad, se convirtió en una fiesta, ya que Ángel también fue a visitarla el mismo día, e incluso Yamila, su abogada, estaba ahí. Por lo que se quedaron a cenar. Dionisio había llevado comida para todos. Cuando se fueron, Nadia sintió que sus pechos le dolían. Por lo que Ulises trajo a Penélope.

—Después de que amamantes me haré cargo para que puedas descansar —dijo Ulises al darse cuenta de que por tanta visita no llegó a descansar.

—No es necesario —dijo Nadia preocupada por él, ya que hacía un par de noches que no dormía e iba a trabajar cansado.

—Si lo es. Estas todo el día con ella. Mereces un tiempo para ti —dijo este y la besó en la frente.

...

Ulises pasó el primer mes de vida de la pequeña Penélope en la casa de Nadia. Siempre tratando de ayudarla con el cuidado de la pequeña Penélope. Aunque de día trabajaba en el restorán de Dionisio.

—No puedo creer que hicieras todo esto en un mes —dijo su hermano al ver su computadora.

—Esto es gracias a ti. Confiaste en mí —dijo Ulises satisfecho.

—Este tipo no me agrada, lo único que sabe hacer es darme trabajo —dijo Hipólito en broma.

El negocio de Dionisio había mejorado muchísimo con la propuesta que Ulises había hecho. Los envíos a domicilio multiplicaron el trabajo, sobre todo porque las grandes empresas se mostraron interesadas en los menús que entre los tres diseñaron.

—Nadia también hizo un gran trabajo decorando este lugar —dijo Ulises al ver el local terminado.

—En eso tienes razón. Mándale saludos de mi parte —dijo Dionisio feliz por saber que podría abrir otro de sus locales.

—Tengo todo listo para la inauguración de mañana —dijo Hipólito con unos documentos en la mano.

—Debo dejarlos, no quiero que Nadia me espere demasiado —dijo Ulises dándose cuenta de que era la hora de la comida.

—Vete enamorado —dijeron Dionisio e Hipólito a la vez mientras se reían.

...

—Aquí están los documentos que debes firmar Nad —dijo Hermes. Había ido a visitarla con la excusa de llevarle unos documentos.

—Son muchos, los leeré y los mandaré con Ana —dijo ella y los dejó a un lado.

—Está bien. Si no puedo venir. No te hagas problema por eso ahora. ¿Cómo te sientes? —le preguntó y se sentó a su lado.

—Estoy bien. Hermes, no pudimos hablar más después de lo que pasó la última vez —dijo Nadia algo preocupada.

—Es que no quiero que te haga sufrir de nuevo. Ulises puede parecer otro ahora, pero sé que sigue siendo el mismo en el fondo y me preocupo por ti. Vi cuanto sufriste la primera vez que se pelearon —dijo Hermes sin mirarla.

—Sé cómo es tu hermano. No va a sorprenderme —dijo Nadia segura de que las intenciones de Hermes eran buenas.

—No lo sé, Nad. ¿Recuerdas a Cicca? Al parecer es amiga de mi hermana —dijo Hermes como si no supiera si contarle—. La cosa es que no quiero ser un mal hermano, pero tampoco quiero ser un mal amigo. Ella está yendo muy seguido al departamento de Ulises.

—¿Qué tratas de decirme? ¿Crees que tu hermano volvió con ella? —preguntó Nadia molesta con Hermes.

—No quiero pensar mal de él —dijo Hermes cuando Nadia se puso de pie.

—Pero lo haces —dijo mientras lo acompañaba a la puerta.

—Solo presta atención. Te quiero —dijo y después de abrazarla se fue. 

Autora: Osaku

Una niñera para el CEO 2Where stories live. Discover now