Envidia

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Capítulo treinta y tres

Ares tuvo que soportar ver a Nadia en esas microbikinis que estaban de moda, durante toda su luna de miel. Aunque no tenían relaciones, Nadia seguía ayudándolo manualmente a calmar el fuego que venía de su interior. El cual solía ser cargado por el deseo que los besos que esta le daba a diario.

Llegó el último día de su luna de miel y ambos decidieron asistir a un pequeño festival cerca de ahí. Nadia recordó la primera vez que había ido con Ulises a una cita y se puso la misma ropa. Tal vez eso podía hacer que él recordara algo. Aun así, no le dijo nada para que este no se molestara con ella por ser tan insistente.

—Te ves extrañamente hermosa, demasiado —dijo él mientras le daba un beso.

—Gracias, tú también te ves muy atractivo —dijo ella y por primera vez sintió un olor distinto en él—. ¿Cambiaste de perfume?

—El mío se rompió en el avión. Por lo que traté de conseguirlo, pero tuve que comprar otro. ¿Este no te gusta?

—Sí, está bien. Es solo que se siente distinto —dijo ella y algo en esa situación hizo que sintiera una opresión en el pecho.

Nadia recordó que Ulises, cuando la había conocido, era un niño mimado que no sabía cuidar de sí mismo. De la misma manera, era muy exigente y no aceptaba un no por respuesta. ¿Por qué habría aceptado cambiar de perfume?

Había muchas personas en el festival por lo que les era difícil caminar con comodidad. Por lo que él le ofreció ir por comida. Ella aceptó, pero le pidió que no la dejara sola, por lo que terminaron yendo juntos.

Él no dejaba de mirarla mientras ella le contaba lo que la niñera de Penélope le había dicho en su llamada telefónica. Nadia se notaba muy apasionada cuando hablaba de su hija. Aunque la pequeña no era su hija, él le había tomado un gran afecto. Tanto que por momentos se debatía que era lo que debía hacer.

A diferencia de Ulises que lo había tenido siempre todo. Él no pudo disfrutar de su infancia, su niñez o su adolescencia. Solo existía para ser el reemplazo de Ulises en caso de que este tuviera algún problema y los De la Renta se quedaran sin su CEO.

Autora: Osaku 

Una niñera para el CEO 2Where stories live. Discover now