El Juicio

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Dentro de dos semanas después Waller se encuentra alistándose para ver a su abogado, a noche converso con él por el teléfono sobre su caso.

-Sr. Waller, me comunico con usted para saber más sobre lo sucedido.

Waller volvió a contar lo sucedido en aquel día sin ahorrarse nada, contó desde que desperto aquella noche de haberse quedado dormido en el sofá por la tarde y todo lo que después aconteció en la calle de su casa. El abogado le contó que ya había investigado y que consiguió tanto pruebas como testigos que pudieran ayudar con su caso para demostrar su inocencia, le advirtió de que no se asustará por si inventaban mentiras con tal de usar algo en su contra, preguntó de que si había algún secreto o algo sucio en su vida que debiera saber de él porque lo podrían usar en su contra en el tribunal. Él pensó en lo sucedido con su hija, siempre es algo que usan en su contra pero no quiso mencionarla.

»Bien, estoy seguro de que podrá salir libre de está Sr. -le dice el abogado confiadamente.

-Gracias, señor Barba.

-Deme las gracias después de que lo saque de este embrollo.

-Está listo Sr. Waller -le saluda su abogado fuera de su casa.

Waller se sorprende al verlo, no habían quedado en verse en su casa.

-Oh, señor Barba, pensé que nos veríamos en el tribunal -dice terminando de salir de su casa para darle la mano.

-Quería verlo antes por si se le venía algo importante que tenga que saber -dice ofreciéndole café-. ¿Café?

-Oh, gracias, pero ya tome -dice viendo el café con pena.

-No importa, igual el que tiene que mantenerse despierto soy yo; esto será muy largo, pero, si cambias de opinión puedes tomartelo allá -dice sin torcer su brazo.

Waller procesa rápido todo lo que le dice el abogado y llega a la conclusión de que es una persona que nunca acepta un no por respuesta.

-Claro, igual hace un ferviente frío en esta mañana -le sigue el juego.

A Barba le cambia rápido el perfil y cómodamente espeta en respuesta-: Ah, sí oí en las noticias que nos visitará una tormenta de nieve, que oportuno ¿No?, justamente hoy, este lunes.

-Ni que lo digas, este invierno de ahora anda pernicioso.

-Así es -dice para tomar de su café.

Waller pone su café sobre el barandal de entrada a la casa para poder ponerse apresurado los guantes de cuero negro, se lo pone en su mano izquierda y se ajusta el del derecho, y se ajusta su campera negra.

-¿Te gusta el negro? -susurra Barba inconscientemente.

-¿A quién no le gusta?

-En realidad lo usa más porque es más fácil de combinar y a él no le gusta perder el tiempo en combinar colores -interviene Bull sorpresivamente.

Waller se fija en la vestimenta de Bull que lleva una campera de color crema con sus orillas negras abierta con un polo blanco de bajo y arriba otra campera de color oscuro. Barba lleva una campera cerrada de color plomo tirando a blanco con unos pantalones negro y debajo se ve una chaqueta gris oscuro con una camiseta blanca, claro, con corbata también.

-¿O sea, que solo yo me veo raro?... todos llevan negro.

-Pero tú siempre pareces que vas a un velorio.

Waller se ve en el espejo: lleva una camiseta negra de manga larga, una bufanda marrón oscuro que le había regalado su madre que ella misma tegió y una campera de cuero abierta.

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