Para que NO me olvides

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En frente de la acera de una casa muy bonita y espaciosa; para ser más específico, la más grande del urbano en el que se encuentra. Un auto se detiene en frente, el chico que va condunciendo se baja y abre el compartimento de los asientos de detrás. Una niña se baja con su mochila al hombro, corre a la vivienda y espera allí. El chico va abrir la puerta de la casa, le grita algo a la muchacha de que no deje sus cosas tiradas en la sala en cuanto entra corriendo (lo que hace que la niña regrese a recoger sus cosas del piso, el chico se ríe al verlo), después que hace eso se regresa del umbral de la puerta junto al vehículo a sacar sus propias cosas del auto, sin imaginarse que le acechan, o más bien que su acechante se encuentra a detrás suyo...

-Buenas noches -saluda desde atrás el hombre para jalar el gatillo sin darle chance a contestarle.

Antes de nada vuelve a pegarle dos balasos más y se va corriendo a la penumbra de la de la noche con la seguridad de que está le cubriese la espalda.

Una señora sale del umbral de su casa -¡Una ambulancia!, ¡una ambulancia llamen!

-¿Ya estará muerto? -cuestiona una persona.

-No des mal augurio, mira qué joven es.

-Pero que mala suerte apenas y comenzaba a vivir su vida.

-Si, pobre muchacho.

[...]

Waller había ido a comer a un restaurante luego de que salió del hospital. Después se fue camino a casa, y estando en el camino decide detenerse a caminar en el parque, el parque no estaba solo habían adolescentes caminando aquella noche, siendo ya casi las nueve, con una pareja o en un grupo de amigos. Llevaban hasta el uniforme puesto, Waller se sienta en una banca y ve como esas jovenvitas eran besadas por los chicos, iban agarrados de la mano o abrazados.

Él sonríe, pues muy seguro al año, al dos o más ya ni se verían o tan siquiera se mencionarían.

Lego de un rato más esos chicos se van, Waller mira el cielo estrellado con ganas de que algo, tan siquiera un atisbo de un recuerdo le embarge y pueda tener una idea de lo que en aquel día pasó. Con el rato se cansa de mirar el parque, de estar ahí solo en la oscuridad, camina en dirección a su carro que se encuentra más lejos porque quería caminar. Mientras camina se tropieza con algo y se cae en una rodilla, en cuanto eso pasa, que alza la mirada, ve un columpio rojo, después ve al frente unos pantoles negros, una capucha y al hombre de aquella persona a su hija gritando por su socorro a él llorando asustada.

Waller se levanta rápido, camina al frente sin pensarlo mucho viendo aquella imagen tan lantente en su mente...

Piiii, piii...

Pestañea varias veces deteniéndose de golpe y ve un carro pasar de largo: se había dirigido fuera del parque hasta la carretera. Waller cruza y sigue recordando, recuerda dónde fue que se montó en su Jepeta: porque casualmente es donde él parqueo su camioneta esa misma noche. Recorre el parque dos veces recordando que eso sucedió en la persecusión de detrás de su hija. Después sale corriendo hasta el mismo sitio en que su Jepeta fue a quedar golpeada por un árbol, sigue más adelante aunque no recuerda nada más de aquel momento, pero siente que en poco tiempo después su cuerpo fue removido y humo llega a su recuerdo del carro al que seguía que chocó con otro auto. ... Puede que no sea mentira lo que le dijo aquel chico, en ese mismo parque fue que sucedió aquello, solo que no tiene pruebas, puede hasta estar siendo su mente dándole una mala jugada.

-¿Le puedo ayudar en algo señor? Se ve pálido. ¿Le gustaría un poco de agua?

Waller pestañea un par de veces.

-Disculpa, ¿qué?

-Que si quiere un poco de agua, se ve mal.

Él la mira de arriba a bajo ha aquella muchacha. Lleva un vestido pegado de tela caliente con una licra jin, el vestido es blanco y la licra roja, arriba lleva un abrigo negro al largo del vestido hasta los muslos. Mira su rostro y la ve muy levemente maquillada, además de que su pelo suelto desparramado en sus hombros con un gorro negro en la cabeza

Un CriminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora