La ouija

Capítulo 3: El grupo

La ouija era una tabla fina un poco estropeada, y de un color marrón claro. En el centro de la tabla, estaban todas las letras del abecedario, y debajo, se encontraban los primeros números, empezando desde el "0" y acabando en el "9", y debajo de los números, metida entre dos comillas, estaba la palabra <<Adiós>> en ingles. Las esquinas de la Ouija eran negras, y las cuatro, estaban decoradas con dibujos. Las dos esquinas inferiores, tenían el mismo dibujo. En ese dibujo se veía una cabeza flotando, junto a varias personas que se encuentran jugando con el tablero. En la esquina superior izquierda, habia un sol redondo, con ojos y con una sonrisa muy similar a la del Joker. Acompañada a este dibujo, a la derecha, estaba la palabra "SI" en infles y mayúsculas. Y en la esquina superior derecha, habia el dibujo de una luna creciente seria, contemplando una estrella, y acompañado de este dibujo, a la izquierda, estaba la palabra "NO" en mayúsculas.

- Tengo también el puntero.- Dijo mientras comenzaba a meter una de sus manos en la mochila, con la idea de sacarlo.- ¿Queréis verlo?

- No hace falta, te creemos.- Respondió Eloy, y al rato, pregunto, extrañado.- ¿Qué haces con eso, y de donde lo has sacado?

- Lo he conseguido en una tienda al volver del oculista, por esa razón he tardado tanto en volver.- Respondió, mientras ahora agarraba la tabla con ambas manos.- No recuerdo el nombre de la tienda, pero los objetos que habia allí eran raros y peculiares.

- Ya lo creo, si no, no hubieras salido de allí con una Ouija.- Comento Yeiko.- ¿Cuánto te ha costado?

- Nada.- Respondió Abraham con un sonrisa.- La anciana... Es decir, al dueña, me lo ha regalado.

- ¿Y por que? Pregunto Natalia.

- No lo se.- Respondió, mientras comenzaba a guardar de nuevo la tabla en su mochila.- Me dijo que no se iba a morir porque regalara un objeto de su tienda.

Cuando guardo de nuevo la Ouija, cerro la mochila, se incorporo, y les pregunto con un tono bastante animado:

- Bueno, ¿Qué os parece?

Ninguno de los tres hablo en su momento, y hubiera seguido así si no hubiera sido por Natalia.

- Creo que hablo en nombre de los tres cuando te digo que no sabemos que opinar al respecto.

Tanto Eloy como Yeiko asintieron a sus palabras.

- ¡¿En serio?! - Exclamo Abraham.- ¡¿No queréis jugar?!

 - A mi no me hace mucha gracia, la verdad.- Respondió Eloy.- A los muertos es mejor dejarlos en paz.

- ¡Oh, vamos Eloy! - Exclamo Abraham, un poco molesto.- ¡No seas aguafiestas!

- No pienso cambiar de opinión por mucho que insistas.- Añadió Eloy muy seriamente.- No pienso jugar a la Ouija.

- No te pongas así, Eloy.- Interrumpió Yeiko.- La Ouija es solo un juego, no contacta con espíritus ni nada por el estilo, esta demostrado científicamente, ¿No habéis oído hablar de "El experimento Bayou"? Pregunto.

Al ver que ninguno respondía, decidió explicarlo muy brevemente. Aunque, realmente, lo hacia con la idea de sorprender a Natalia, para que viera todo lo que sabia.

- El experimento Bayou fue un experimento que realizo un profesor de secundaria llamado Larry Bayou. por lo visto, selecciono a varios participantes, les vendo los ojos, y los hizo juga a la Ouija.

- ¿Y que ocurrió? Pregunto Natalia con curiosidad, esperando saber mas sobre el experimento.

- No ocurrió nada.- Respondió Yeiko.- No se formo ninguna palabra coherente. Demostró que nosotros, de forma voluntaria o inconsciente, formamos las palabras. Por esa razón para jugar necesitamos ver el tablero.

- Lo ves Eloy, no es real.- Añadió Abraham mientras lo miraba, y luego, le pregunto a Yeiko.- ¿Eso significa que puedo contar contigo para jugar Yeiko?

- Si claro, porque no.- Respondió.- A lo mejor nos echamos unas risas.

- ¡Genial! Exclamo Abraham. y luego, volvió a dirigirse a su amigo.- Vamos Eloy, anímate.

Eloy se lo pensó durante unos minutos. No le hacia mucha gracia jugar a pesar de que se hubiera demostrado de que se trataba de un juego falso, pero al final cedió, y se animo a jugar.

- ¿Cuándo lo haremos? Pregunto aun sin estar muy convencido de la decisión que habia tomado.

- Así me gusta, Eloy.- Añadió Abraham, alegrándose de que su amigo al final hubiera decidido jugar.- Jugaremos esta tarde, en mi casa, sobre las nueve de la noche, pero quedaremos antes. Es viernes, así que no abra ningún problema.

- ¿Tus padres no nos dirán nada? Quiso saber Yeiko.

- No estarán en casa.- Respondió.- Van a pasarse el fin de semana fuera.

- ¿Y tu, no iras con ellos? Pregunto Eloy, extrañado y con el ceño fruncido.

Abraham meneo la cabeza, haciendo un gesto negativo.

- Esta semana me quedare aquí.- Añadió.- Quiero saber lo que es estar el fin de semana solo. Y no os voy a mentir, también tengo muchas ganas de jugar a la Ouija.

- Que raro, Abraham separándose de papa y mama. Comento Eloy, haciendo reír a los tres.

Cuando terminaron de reírse, Abraham recordó que no le habia preguntado a Natalia si se uniría a ellos. Lo mas seguro es que diga que no.- Se dijo mentalmente, recordando que Natalia quedaba muy poco con ellos por aquel problema que tenia y que nadie sabia. La  mayoría de las veces solo se reunían con ella en el recreo.- Bueno, por preguntar, no pierdo nada.

- Natalia, ¿Te unirás a nosotros?

- Quiero.- Respondió.- Pero no se si podre.

Yeiko se entristeció al oír aquellas palabras, por un momento se habia ilusionado por el hecho de que pasaría mas tiempo del habitual junto a ella, aunque fuera para jugar a la Ouija.

- Hagamos una cosa, ¿Tienes mi numero de teléfono? Pregunto.

- Si.- Respondió.- Tengo el de todos.

- Vale, pues haremos lo siguiente.- Se detuvo para pensar bien lo que iba a decir, y cuando lo tuvo claro, le dijo.- Quedaremos sobre las siete en mi casa, así que tendrás bastante tiempo para saber si puedes o no. En caso de que puedas, ponme un mensaje a mi o a alguno de nosotros, ¿De acuerdo?

Natalia asintió, con una sonrisa un poco forzada, debido a que suponía, al igual que los otros, que la respuesta seria negativa.

Minutos después de tener aquella conversación, el timbre sonó, anunciando el fin del recreo, y las horas de clase se retomaron sin que ocurriera nada en especial.