Capítulo 28: Abraham y Eloy

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- ¡Natalia! - Exclamaron ambos.- ¡Abre la puerta!

Lo hicieron varias veces, pero nadie respondía, ni nadie abría la puerta.

- ¡Ayúdame a tirarla abajo! Exclamo Abraham

Y entonces, los dos comenzaron a estrellarse contra la puerta, hasta que, por fin, después de varios intentos, consiguieron abrirla, y avanzaron por el pasillo mientras intentaban no vomitar debido al olor nauseabundo que había por la casa.

- ¡Yeiko! - Exclamo Abraham mientras ambos avanzaban por el pasillo.

- ¡Yeiko! - Exclamo Eloy, que iba a pocos metros de Abraham.-¡Yeiko, donde...

Y entonces, los dos se detuvieron a la altura del salón, porque vieron el cuerpo de Yeiko en el suelo, y justo detrás, a Natalia, en ropa interior, y con un bidón de gasolina en la mano.

- ¡Dios mío! - Exclamo Abraham al verlos.- Natalia, ¿Qué has hecho?

Y entonces, de repente, Natalia les lanzo una sonrisa, y respondió:

- Esto lo hago para poder salvar a mi madre.

Y tras decir eso, abrió el bidón de gasolina, y empezó a echárselo por su cuerpo, y por el de Yeiko.

- ¡No! - Exclamo Eloy, y mientras le daba pequeños empujones a Abraham, le grito.- ¡Parala, corre!

Al escucharle, Abraham salió corriendo hacia ella y la tiro al suelo, haciendo todo lo posible por retenerla.

Mientras Abraham hacia esto, Eloy diviso en el fondo del salón un objeto que le resultaba bastante familiar.

- ¡Abraham! - Exclamo, mientras señalaba hacia el objeto.- ¡¿Es esa tu Ouija?!

Al escucharle, Abraham dirigió al mirada hacia el lugar al que señalaba, y tras hacerlo, volvió a dirigir la mirada hacia Natalia:

- ¡Con que la tenias tu! - Exclamo.- ¡¿Qué has estado haciendo con ella?!

- ¡La he utilizado para salvar a mi madre! Respondió mientras se movía de un lado a otro.

- ¡¿A que demonios se refiere?! Le Pregunto Eloy.

- No lo se, tío.- Respondió.- Creo que ha estado usando la Ouija para hablar con el espíritu.

- ¡Pero la Ouija no estaba en tu casa!

- ¡La perdí! - Exclamo de repente.- ¡O al menos creí perderla!, ¡Desapareció después de que os fuerais, pero mira quien la tenía!

Se fijo en Natalia durante unos segundos, para ver como forcejeaba, y al rato, le pregunto:

- ¡¿Por que te la llevaste?!

- ¡No me la lleve! - Respondió.- ¡La tabla vino a mí!

- ¡Ya claro! - Exclamo Abraham mientras se reía, y luego, al ver el cuerpo de Yeiko a pocos metros de él, añadió.- ¡¿Y porque demonios has matado a nuestro amigo?!

- ¡Ya os lo he dicho! - Respondió.- ¡Me dijo que si le mataba salvaría a mi madre!

- ¡¿Quien te dijo eso?! Le pregunto.

- ¡Mi padre! - Respondió mientras les lanzaba una sonrisa a los dos.- Mi padre era el espíritu con el que nos comunicamos.

Abraham y Eloy, al escuchar aquellas palabras, se miraron entre si.

- ¿Crees que dice la verdad? Pregunto Eloy.

- No estoy seguro.- Respondió.- Creo que el espíritu se ha hecho pasar por su padre y le ha comido el coco, como ha hecho con nosotros dos.

- ¡¿Y qué hacemos ahora?! - Exclamo Eloy, un poco nervioso.- ¡¿Qué hacemos con todo esto?!

Y entonces, de repente, la puerta que daba a la habitación de Natalia se abrió, y de ella, apareció una figura negra, delgada, y carbonizada. Tenia los dedos largos, y unas largas y puntiagudas, como las de un vampiro. Aparte de eso, tenia también unos ojos redondos que se sobresalían de sus cuencas, y una sonrisa sobrenatural, que iba acompañada por unos dientes amarillentos y puntiagudos.

- ¡La ostia puta! Exclamo Abraham al ver aquella horrible figura.

- ¡Dios bendito! - Exclamo Eloy al verle.- ¡Abraham, es la figura que vi antes de que el autobús explotara!

- ¡Papa! - Exclamo Natalia al ver la figura de su padre saliendo de su habitación.- ¡Ayúdame, por favor!

- ¡Despierta de una vez, Natalia! - Exclamo Abraham mientras la zarandeaba.- ¡El no es tu padre! - Y luego, mientras volvió a mirar a aquella figura, añadió.- Es un espíritu que quiere hacernos daño. Se ha llevado a nuestros seres queridos, y ahora... Ahora que los hemos perdido, quiere nuestras vidas. Quiere nuestras almas.

- ¡Abraham, ¿Qué hacemos?! - Pregunto Eloy, mientras veía como el espíritu salía lentamente de la habitación.- ¡¿Que hacemos?!

Abraham le escucho, pero no sabia lo que hacer. No sabia como hacer desaparecer al espíritu, pero entonces, cayo en la cuenta del objeto que habían utilizado para tráerlo. Eso es.- Se dijo mentalmente mientras recordaba que el objeto que habían utilizado estaba tan solo a pocos metros.- Si no hay objeto, no hay fantasma.

Y entonces, descubrió lo que debían de hacer para derrotar al espíritu. Descubrió el método para que, aquel espíritu maligno les dejara en paz. No sabia si es espíritu moriría o no, pero por lo menos sabia, que no lo volverían a ver.

Lo que tenían que hacer para derrotar aquel espíritu era...



La ouijaWhere stories live. Discover now