Capítulo 25: Yeiko

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Cuando abrió la puerta, se encontró a Natalia, en ropa interior, y con un cuchillo en su mano derecha.

- Lo siento.- Le dijo al abrir la puerta.- Pero tengo que salvar a mi madre.

Y entonces Yeiko, al ver como desplazaba el cuchillo hacia el, le grito, sin saber que hacer:

- ¡No, Natalia, no lo hagas por fa...!

Pero ya era tarde, el cuchillo ya se encontraba en su abdomen, sentía como la hoja atravesaba su carne. sintió como la hoja salía de su cuerpo en el momento en el que Natalia tiraba de la empuñadura, sentía como su sangre comenzaba a salir, dejando un gran riachuelo de sangre en su ropa.

Pero ya era tarde, el cuchillo ya se encontraba en su abdomen, sentía como la hoja atravesaba su carne. Al sentirlo, se quedo paralizado, sobre todo al notar el frio del acero en su interior, y al rato, sintió como la hoja salía de su cuerpo en el momento en el que Natalia tiraba de la empuñadura, haciendo que su sangre comenzara a salir, dejando un gran riachuelo de sangre en su ropa.

En aquel momento, se fijo en que Natalia estaba llorando, pero no lograba entender el porque, estaba bastante desilusionado por todo lo que acababa de pasar, y lo cierto es que, no tenia fuerzas para pensar. Acababa de descubrir que Natalia, esa chiquilla buena y tímida de la que estaba enamorado, era una psicópata, y una asesina, y si por si eso no fuera suficiente... Acababa de descubrir también que, estaba a punto de morir por su mano.

Por el camino me he imaginado tantas cosas.- Se dijo mentalmente.- Pero nunca me habría imaginado esto. Nunca me hubiera imaginado que moriría bajo sus manos. Nunca me hubiera imaginado que me mataría.

Y entonces, mientras intentaba taparse la herida con las manos para ejercer un poco de presión, y así evitar que saliera la sangre, fuer arrodillándose poco a poco debido al dolor.

Y cuando lo hizo, Natalia se arrodillo junto a el para poder estar a su altura, y le dijo:

- Lo siento, pero tengo que hacerlo.- Se detuvo unos segundos para poder contemplar su rostro mientras le acariciaba la mejilla con la mano que tenia libre, y cuando lo hizo, le lanzo una pequeña sonrisa, y añadió.- Tengo que hacerlo si quiero salvar a mi madre.

Y entonces, volvió a asestarle otra apuñalada, y luego otra, otra, y otra. Hasta que, finalmente, Yeiko, poco a poco fue cayendo al suelo, mientras Natalia le agarraba para que no cayera directamente. Y al llegar al suelo, dos palabras salieron de su boda. Dos palabras que tenia que decirle a pesar de todo lo que había pasado.

- Te quiero. Le dijo mientras agonizaba.

Y entonces, al pronunciar aquellas palabras, se desplomo, y sus ojos, se apagaron para siempre.


La ouijaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt