Capítulo 24: Yeiko

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Minutos después de que hubiera hablado por teléfono con Eloy, llego a la casa de Natalia. Estaba bastante nervioso, no sabia lo que ocurriría. De hecho, habia pasado todo el camino imaginándose todas las cosas posibles que podrían pasar cuando llegara a su casa. A lo mejor me rechaza.- Se dijo mentalmente.- O a lo mejor no, y nos acabamos enrollando, o a lo mejor sencillamente pasamos un rato juntos, como amigos, y nada mas.

Cuando Eloy llego a la puerta, miro a ambos lados de la calle, no sabia porque, pero sentía que alguien le estaba vigilando, pero descarto aquella idea de su cabeza cuando vio que en la calle no había nadie. Tras mirar, volvió a centrarse en la puerta, y al hacerlo, se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierto. Al verla así, lo cierto es que se preocupo, sobre todo porque pensó que habría podido entrar alguien con la idea de robar. Cuando se le paso aquella idea por su cabeza, se arrimo a la puerta para ver si oía algo, aun paso, algún cuchicheo, o algún movimiento brusco que pudiera ocasionar la caída de algún objeto, pero no oyó nada.

Entonces, tras ver que no se oía nada, dijo, mientras empujaba la puerta muy lentamente:

- ¿Natalia?

- ¡Pasa, Yeiko! - Exclamo Natalia desde el interior.- ¡Te estaba esperando, cierra la puerta cuando entres!

Yeiko al escuchar su voz, se quedó mucho mas tranquilo, así que entro, y tal como le había ordenado, cerro al puerta.

Al entrar, se sintió un poco raro, nunca había entrado en aquella casa, siempre que había ido se había quedado fuera, esperando a que Natalia saliera, y ahora, después de tanto tiempo, había entrado por primera vez en la casa, pero no era eso lo que mas le desconcertaba. No sabia porque, pero no podía evitar sentir el mal dentro de aquella casa. Además, olía muy mal, había un olor horrible, uno que no supo reconocer. Al principió pensó que podría tratarse de un pedo, pero lo descarto rápidamente, los pedos no olían tan mal si comparaban con aquel olor.

- ¡Natalia! Exclamo mientras avanzaba por el pasillo.

- ¿Si?

- ¡No es por ofender pero... ¿Por qué huele tan mal?! Le preguntó, pensando que seguramente la habría cagado haciendo aquella pregunta.

Natalia al escucharle, comenzó a reírse.

- ¡Lleva oliendo así desde el sábado! - Respondió.- ¡Mi madre y yo creemos que puede tratarse de una rata muerta detrás de la pared!

- ¡Pues joder con el bicho! Exclamo entre risas, mientras el olor comenzaba a ahogarle.

Natalia al escuchar sus quejas también comenzó a reírse, tal y como había hecho antes.

- ¿Dónde estas? Pregunto Yeiko, mientras se acercaba cada vez mas al salón.

- Estoy en mi habitación.- Respondió Natalia.- ¡Pero no entres, quédate en el salón!

- ¡De acuerdo!

Y entonces, cuando llego al salón, se detuvo, y espero a que Natalia saliera de su habitación, mientras aquel olor, aquel insufrible olor, entraba por sus narices.

- Natalia, ¿te fala mucho? Pregunto con asco, intentando no vomitar.

- Un poco.- Respondió ella.- No sabia que fueras tan impaciente.

- No es por eso.

- ¿Entonces? Le pregunto Natalia.

- Es por el olor.- Respondió Yeiko.- Es demasiado fuerte, si me quedo aquí mucho mas tiempo vomitare.

- ¡Que exagerado eres! Exclamo Natalia desde su habitación.

- ¿No puedo entrar en tu cuarto? - Le pregunto.- Seguro que desde tu habitación no huele tanto.

La ouijaWhere stories live. Discover now