•Han pasado 84 años...•

3.6K 104 6
                                    

Mientras ordenaba la ropa del armario que compartía con mi esposo  desde hace tantos años, encontré esa pieza de ropa con la que se inició todo, ese vestido lencero rojo de satén que tenía puesto la primera vez que Enzo y yo estuvimos juntos.

Han pasado 84 años... No, bueno, 84 no, pero si 30. Hace 30 años que estamos juntos, es increíble. Enzo estaba con 52 añitos y yo con 57. Tengo que admitir que me sorprende mucho cómo nos estamos manteniendo, para tener nuestra edad estamos muy bien, física y mentalmente. Claramente Enzo ya se retiró, aunque se retiró a los 37 recién, estiró su carrera todo lo que pudo, le costó mucho eso, y yo lo entiendo, el fútbol era su vida.

Ahora éramos literalmente esa pareja de jubilados que se levanta a las 7am para tomar mate en el balcón, y lo disfrutábamos mucho, solo que ambos seguíamos trabajando.
Enzo ahora entrenaba desde hace casi 10 años al Chelsea, jamás nos fuimos de Londres, no queríamos irnos, él tuvo muchas oportunidades para irse a España, volver a Portugal, volver a River (Si, casi volvemos a Argentina), lo llamaron del Arsenal, y del PSG, y un equipo ruso, el mismo para el que jugó Lean un tiempo. Pero no pudo tomar la decisión, se había enamorado de la ciudad, todos nuestros hijos nacieron acá y no tuvimos el corazón para separarlos de lo que ya conocían. Por mi parte me volví entrenadora del equipo femenino del Chelsea a quienes preparaba físicamente hace unos años .

Nunca pensé que iba a pasar tanto tiempo con alguien, pero era hermoso saber que cuando me acostara en la cama él iba a estar ahí y cuando me despertara él seguiría a mi lado.

No cabía en mi cabeza que ese vestido se mantuviera tan bien después de tanto tiempo. ¿Me subirá todavía? La curiosidad me mató y me metí al baño para ponermelo, y si, efectivamente todavía me subía. Me saqué una foto para después mostrárselo a Enzo, si iba a morir cuando le mostrará lo que encontré.

Salí al balcón con mi equipo de mate al escuchar la contagiosa risa de mi esposo. Él estaba jugando con el pequeño Ethan de 8 años, y la pequeña Sarah de 4 años. Y no, no sé asusten, no son nuestros hijos, son nuestros nietos mayores.

¿Y nuestros niños? Ya no son nuestros niños... Oli se casó a los 24 con Aaron, eran una pareja preciosa, él era un inglés con todas las letras, caballeroso, atento, respetuoso y se notaba de lejos cuánto la amaba, cuánto se amaban. Tienen una empresa propia ambos, un restaurante increíble que es muy famoso en Londres desde hace varios años, con 2 estrellas Michelín. Ahora la princesa de la casa tiene 34 años, y nos regaló dos hermosos nietos, Ethan que ahora tiene 8 y Sarah de 4.

Los mellis son un caso aparte, a medida que los años pasaron descubrimos lo diferente que eran pero lo bien que se complementaban. Eran más cómplices entre ellos cada día que pasaba. Ambos tenían ya 30 años.

Emma se había inclinado por los deportes, ella jugó profesionalmente al voley durante mucho tiempo pero cuando tuvo que empezar la universidad de inclinó por el periodismo deportivo, así que ahora es una importante periodista en Londres y vive con su novio Jason (Entre nos, no nos gustó que se mudaran juntos tan rápido, pero la veía feliz con él así que íbamos a dejar que tomara su camino) desde hace 5 años. Hace un año y medio Jason vino a casa a hablar con Enzo y conmigo, quería casarse con Emma y quería tenés nuestra bendición. Ese momento fue hermoso, me sentí tan aliviada de saber la clase de hombre que vivía con mi hija. Enzo se puso un poco sensible, estaba sorprendido y feliz porque Jason había ido hasta casa para hablar con nosotros antes de proponerle matrimonio a Emma. Unas semanas después Emma aparece en casa para darnos la noticia y mostrar el anillo.

En cuanto a Ian él se había casado con una niña preciosa de la que se había enamorado durante la secundaria. La historia es hermosa, déjenme que les cuento el chisme. Él se enamoró de ella cuando iban a la secundaria, eran muy amigos pero ella tenía novio. Cuando la secundaria terminó, Ian le entregó una carta cuando ella se fue al extranjero a estudiar medicina. Ian se hizo arquitecto, era muy bueno en eso, era súper inteligente y termino la carrera en tiempo en forma. Pasaron unos años y se volvieron a encontrar cuando Ian me acompañó al hospital para hacerme un chequeo, después de eso se volvieron inseparables. Ian y Annie se casaron al poco tiempo con la aprobación de ambas familias y hace 8 meses nos dieron un hermoso nieto, Oliver.

One Shots [Enzo Fernández]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz