• Cuidarte •

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Partido por eliminatorias, el superclásico sudamericano por excelencia, a matar o morir, era Argentina - Brasil. Y por supuesto que iba a verlo en vivo y en directo en el estadio Maracaná. No me iba a perder la oportunidad de verlo, y menos ahora que tenía "algo" con Enzo, el mismísimo Enzo Fernández.

Si, Enzo y yo nos conocimos en una fiesta en Londres. Yo vivo en Londres y trabajo medio tiempo como moza, porque pagan muy bien y ayuda con la universidad. En una de las fiestas a las que la agencia me llamó para trabajar resultó ser la súper mega fiesta que hace el Chelsea antes del inicio de la temporada para darle la bienvenida a los nuevos, en esa fiesta asisten los jugadores con sus parejas y muchísimas gente famosa invitada, todos de gala y bien vestidos.

Tuve la suerte de estar en la misma fiesta que Enzo, ahí nos conocimos, a mi me tocó servir en su mesa.

~ Flashback ~

Llegué con la bandeja de los tragos para repartirlo en la mesa, habían varios jugadores con sus parejas excepto Enzo, él estaba sólo. Me acerque a él cuando me llamó con la mano para pedirme algo y yo sonreí, al llegar me agaché un poco para que solo él me escuché.

—Esto es Fernet –le pase el vaso y él me miró entre sorprendido y riendo–.

—Uh buenisimo, gracias –sonrio agarrando el vaso–.

Ese fue nuestro primer encuentro. Después, durante el resto de la noche, y cuando llegó la hora del bailongo, él solía acercarse a mi para preguntarme cosas o pedirme algo, porque yo era la única que hablaba español, esa era su excusa.

Al finalizar la fiesta, cuando absolutamente todos se fueron, nos encargamos de limpiar todas las cosas del catering y cargarlas en los camiones. Eran las 5:30am cuando por fin pude ir hasta mi auto para volver a casa. Cuando estaba a punto de abrir la puerta del auto alguien se acercó y me habló.

—Hola –susurro cerca de mi oído, lo que me asustó bastante provocando que mi primera reacción sea un golpe en el estómago haciendo que la otra persona se queje del dolor–.

–voltee mi cuerpo lista para dar otro golpe cuando me di cuenta de quién era–. Mierda, perdón –me reí y me acerque un poco–. ¿Estás bien?

—Si –dijo casi sin aire agarrándose el estómago–. Pegas fuerte flaca –se rio y me miró–.

—Vos me pegaste alto cagaso –me reí–. ¿Qué hacés acá a esta hora?

—Venia a saludar –sonrio, ya se había repuesto del golpe–. Y a presentarme –me pasó su mano en forma de saludo–. Enzo Fernández

–me reí porque yo sabía perfectamente quien era–. Maggie –le pase mi mano para saludarlo tomando la suya–. Maggie Martinez

—Un placer señorita –tomo mi mano y la beso–. ¿Tomarías un mate conmigo un día? –sonrio soltando mi mano y poniendo las suyas en sus bolsillos–.

—Me encantaría si –sonrei abriendo la puerta del auto–. Sería lindo

–saco si teléfono de su bolsillo, buscó algo y me lo pasó–. ¿Me darías tu número? Para ver qué día podés –sonrio mirándome a los ojos–.

Que hermosa sonrisa tiene

—Si obvio –sonrei y escribí mi número en su teléfono–. Listo –se lo pasé–.

—Joya –sonrio y lo guardo de vuelta en su bolsillo–. Bueno, te dejo ir a ti casa –se rio–. Es re tarde y seguro estás cansada

—Si, gracias –me rei y abrí la puerta del auto, pero antes de subir me acerque a él y dejé un beso en su mejilla–. Un placer conocerte Enzo, nos vemos –le saludé con la mano y me metí al auto rápido, antes de que notara lo roja que me había puesto–.

One Shots [Enzo Fernández]Where stories live. Discover now