One Shots [Enzo Fernández]

• Mí favorita •

Había quedado con Maggie que iba a cuidar a Oli hoy de noche. Yo iba a salir con los pibes un rato y no podía dejarla sola, así que recurrir a Maggie para cuidarla, como la mayoría de las veces que tenía que salir o tenía algún evento.

Maggie era mi única amiga mujer, ella era muy especial para mi, en todos los sentidos. Nos conocimos en el 2021 gracias a Licha, y desde ese momento nos hicimos inseparables. Había empezado a sentir cosas por ella desde hace un tiempo, me fue imposible no enamorarme de ella. Aparte, Oli la adoraba.

Habíamos quedado en que llevaba a Oli temprano a la tarde, así que cuando estábamos saliendo de casa le escribí, los minutos pasaron pero ella no me respondía, ni el visto me clavó, y eso era raro, así que le volví a escribir cuando llegamos, pero seguía sin dar señales de vida.

Había bajado con Oli del auto, pero ella no respondía la puerta asi que tuve que buscar mi copia de la llave de su depto para entrar.

Cuando abrí la puerta Olivia entró corriendo, estaba emocionada de pasar la noche con su tía favorita. La casa estaba en silencio, volví a mirar mi teléfono y nada. ¿Será que se olvidó?

—Papi –Oli me llamó desde la sala, puse el seguro en la puerta y fui a verla–. La tía eta domida –estaba parada alado del sofá–.

—¿Dormida? –me apresure a acercarme y la ví–.

Maggie estaba hecha un bollito en el sofá, temblando. Me acerqué y la toque para que reaccione, ahí me di cuenta de que estaba volando de fiebre.

—Enzo –ella reaccionó apenas abriendo los ojos–.

—Estas volando de fiebre morocha, ¿por qué no me dijiste? –me saqué mi abrigo y lo dejé en el otro sofá–.

Algo apurado busqué un repasador de la cocina, y lo mojé para apoyarlo en su frente. Todo su cuerpo se estremeció al sentir el frío contrastando con su piel caliente.

—Perdon –susurro cerrando los ojos–. Te quería avisar pero la fiebre subió muy rápido –tenia la voz débil–. Pero hablé con una amiga, ella puede cuidar a Oli así salís tranqui –abrio los ojos para mírarme–.

—Solo vos sabés que voy a salir con vos así –me reí y ella sonrió cerrando los ojos–.

—¿Qué de pasa a la tía? –Oli se acercó con timidez y acarició su mejilla–.

—La tía está enferma mi amor –mire a Oli–. Vamos a quedarnos a cuidarla, ¿querés?

—Si –asintio y se acercó a Maggie para abrazarla–. Nosotos te cudamos tía –dejó un beso en su mejilla haciendo sonreí a Maggie–.

—Gracias princesa –sonrio–.

Me levanté para volver a humedecer el repasador y pasarlo por su frente, cuello y nuca.

—Te voy a hacer una sopa –sonreí mientras con mi mano derecha pasaba el repasador húmedo en su cuello para bajarle la fiebre, y con mi mano izquierda acariciaba su cabello–.