CAP 5

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LA MEJOR FORMA DE ESTAFAR A ALGUIEN

La cabeza me palpitaba hasta el punto de parecer que explotaría. No podía levantar el cuerpo de la cama y me dolían todas las articulaciones existentes. Ya era el medio día, y aunque había pasado toda la noche viajando de regreso, no me apetecía seguir durmiendo.

Al llegar a casa me di una ducha fría para intentar mermar el dolor y el cansancio que tenía, funcionó. Al salir me sentía mejor, no completamente bien, pero si un poco más relajada, así que encendí el computador para terminar la tarea que debía entregar al siguiente día.

Bendito lunes, estaba empezando a odiarte.

Hice todos mis trabajos pendientes, menos el de inglés, estaba segura de que si lo hacía me dolería la cabeza, así que me evitaría aquello. Cuando terminé eran alrededor de las cinco de la tarde, tenía hambre, pero esperaría un poco para cenar con mis padres. Para matar el tiempo coloqué mi serie favorita, la vería por tercera vez consecutiva.

Claro que no me pude concentrar, aún no le había enviado el video al desconocido, es más, ni siquiera había encendido el Wifi del celular. Me aterraba ver su respuesta a mi foto frente al espejo.

¿Qué diría?

O peor aún.

¿Qué pensaría?

Me lancé a la cama boca arriba y me cubrí los ojos con la almohada. Esto era ridículo ¿Por qué me asustaba tanto lo que pensara de mí? Nunca, ningún chico me había preocupado de esta forma, a él ni lo conocía, qué más daba que creyera. Al final del día solo era una persona tratando vivir su juventud de forma sana.

Nadie podía llegar a tu vida un día y cambiar tu forma de percibir las cosas por completo, no era normal.

Vamos Eila, tú eres valiente.

¿Lo soy?

Claro que lo soy.

Suspiré para darme valor, luego me levanté de la cama y tomé el celular para sentarme más cómoda sobre el puf.

Este enorme cojín y yo teníamos una buena historia de vida.

Dejé el celular sobre mis piernas y encendí el Wifi. Muchas notificaciones comenzaron a llegar, Instagram, Twitter, Facebook y Snapchat sonaron enseguida. Luego, muchos mensajes de WhatsApp pertenecientes al grupo que tenía con mis amigos, estaban enviando las fotos y compartiendo cómo se sintieron en el viaje. Cerré los ojos impulsivamente al ver una notificación de él.

Dios, no era tan valiente, no lo era.

No, sí lo era.

¡Lo soy!

Dejando mi miedo de lado, abrí el chat con el desconocido aun cargando el corazón en la boca. El temor se fue dispersando poco a poco al ver que él también había enviado una foto, a diferencia de la mía, esta era de las que sólo puedes ver una vez.

Vaaaya...

Desconocido: No habrá nada más brillante.

*foto*

Sonreí inconscientemente.

Luego, abrí la imagen con los dedos temblorosos, al hacerlo encontré una foto de él, o más bien, de su cabeza y parte su pecho. Llevaba una camiseta azul completa y el celular colocado frente a su rostro justo como yo había hecho. Con su mano derecha mostraba su pulgar elevado y detrás del celular relucía una alborotada melena en color castaño, o eso parecía, pues la imagen estaba un poco oscura, como si hubiera sido tomada en una habitación con poca iluminación y solo la luz del sol filtrándose por la ventana.

Aslan y EilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora